Sin público dicen que no existe el factor campo, que sin el aliento de los aficionados se está muy lejos de los ambientes hostiles que se viven en los estadios más ruidosos. En Segunda División, La Rosaleda es uno de los hervideros más espectaculares de la categoría. De ahí que el Málaga es, probablemente, el equipo más perjudicado por este aspecto. Sin embargo, el discurso siempre fue el mismo: hacer de La Rosaleda un lugar inexpugnable… Y así está siendo.
Tres partidos suma el conjunto blanquiazul en casa, de los cuales en ninguno de ellos se fue de vacío. Dos victorias y un empate es el balance del equipo en La Rosaleda. Alcorcón y Sporting de Gijón se marcharon con cero puntos a Madrid y Asturias, mientras que Las Palmas sí que consiguió, al menos, rescatar un punto en la Costa del Sol.
Hasta el momento, son siete de los nueve puntos disputados en casa los que ya tiene el Málaga en su bolsillo. Además, lo cual es difícil obtener y que tiene un valor inmenso, sin recibir ningún gol. La pasada temporada, a estas alturas y con tres encuentros en La Rosaleda, el cuadro boquerón solo tenía dos puntos de nueve con dos empates y una derrota, en este caso frente al Almería. Todo ello con una situación institucional muy distinta y con una plantilla ya formada y con suficiente rodaje.
Lo conseguido por Pellicer es oro puro hasta el momento. Nadie esperaba estar en playoffs a estas alturas con todas las dificultades vividas durante el verano. Sin duda, entre las mejores noticias se encuentra el factor La Rosaleda, que se está convirtiendo en ese estadio hostil para los rivales al menos en este comienzo liguero… Que continúe, como dice Pellicer, esta fantástica racha.
