Con los triples de Alonso, remontada del Unicaja ante el Buducnost (91-87)

Los malagueños llegaron a perder de 16 puntos frente a los montenegrinos

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Unicaja-Buducnost 91-87

Se está acostumbrando a sufrir más de la cuenta. Ganó el Unicaja al Buducnost por 91-87, invicto hasta su llegada al Carpena, pero lo hizo teniendo que remontar 16 puntos. Algo que sólo fue posible gracias a una mejor actitud defensiva en el segundo tiempo y a Francis Alonso y a Wacysnki. 9 triples entre ambos en momentos complicados que dieron la victoria ante los montenegrinos.

El inicio prometió, con ambos equipos explotando, y de qué manera, el perímetro. De un 4-4 se pasó a un 13-16 en el que pareció prohibido anotar canastas de 2. Tabú. Un festival de triples con hasta siete consecutivos sin error que hizo las delicias de los 250 afortunados que entraron en el Carpena. Pero poco antes, con 13-10, se había averiado el punto de mira local. Quedaban casi cuatro minutos de cuarto y el parcial final, 2-12, fue demoledor. Ya no importaba el rebote porque la defensa permitió tantos tiros cómodos que los montenegrinos no perdonaron. Así se explicaba su 66% de acierto exterior en esos instantes y el 15-22 con el que se selló ese primer acto.

Gerun, errando bajo el aro o cargándose de faltas, fue el ejemplo de lo que fallaba el cuadro cajista, que siguió desangrándose sin pudor (15-26). Con algún arreón, los de Casimiro fueron haciendo la goma. Un parcial a favor de 7-0 dio paso a otro de 2-14. Con 24-40, otra vez el susto en el cuerpo. Y más cuando hasta Melvin Ejim mostró virtudes desconocidas por el Carpena. La ley del ex, ya saben. Menos mal que a Francis Alonso -14 puntos en la primera parte- le dio un ataque de orgullo para meter a los suyos en el partido antes del paso por vestuarios. Lo inexplicable es cómo marcharse perdiendo sólo 37-45 cuando el Buducnost acumulaba más de un 65% de acierto en tiros de campo. ¿Defensa? Eso no existía en los malagueños. 

No le quedó más remedio al técnico local que acudir a Suárez, inédito en el choque. Con él, Díaz y Nzosa en cancha, la actitud en su propia canasta cambió de manera radical. En un solo minuto, y con Alonso en plan estelar, el Unicaja se puso a 3 (46-49). Y eso cambió definitivamente el rumbo. Entonces sí creyeron. Cobbs se echó a los suyos a su espalda. Pero fabricaba puntos casi al mismo ritmo que perdía balones. Y así el electrónico se apretó aún más (62-64).

Todo estaba por decidirse en el último cuarto. Las sensaciones, sin embargo, ya fueron distintas. Brizuela, con un triple, culminó la remontada (67-66). Y a base también de más aciertos exteriores de Wacysnki y del escolta vasco se cerró un triunfo muy trabajado y costoso. Y eso que, ojo, el Buducnost acabó con un 64% de acierto en tiros de campo, insuficiente para evitar la victoria del Unicaja por 91-87. 

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