Junto al de Luis Muñoz, vender a Keidi Bare se ha convertido en el culebrón del verano malaguista. El jugador albanés, como adelantó Radio Marca Málaga, tiene un preacuerdo con el Espanyol. Las negociaciones entre ambos clubes también estaban avanzadas. El Málaga pedía y pide un mínimo de 2 millones de euros y que el 20% del traspaso que se guarda el Atlético de Madrid lo pague el Espanyol aparte.
Todo hacía indicar que la solución llegaría pronto. Pero el quid de la cuestión puede ser, una vez más, el tope salarial. El 30% de la venta de cualquier futbolista profesional puede destinarse a aumentar ese salario que permite LaLiga gastarse en la configuración de la plantilla inscribible. En el caso del Málaga, castigado por sus excesos pasados, esa cantidad es sólo del 20%.
Pero ojo. Porque si el que se traspasa es un futbolista no profesional, es decir, no inscrito en LaLiga, no sirve ningún porcentaje. El dinero se cobraría, obviamente, pero no se podría destinar a incrementar el gasto en la plantilla del primer equipo.
Ahora mismo, Keidi Bare no está inscrito. Ya no es sub23, por lo que no puede jugar con dorsal del filial. Ha de hacerlo con uno del 1 al 25. El Málaga, a través del administrador judicial, ha asegurado que al albanés se le inscribirá en cuanto se pueda. Y cuando lo haga, vender a Keidi por esos 2 millones, tendrá más valor -que no más dinero- y repercusión.