Miles de kilómetros separan a Germán Bernández de su querida Málaga. Un malaguista uruguayo que vivió durante su niñez varios años en la capital de la Costa del Sol, pero que tuvo que volver a su Uruguay natal. Eso sí, llevándose consigo un sentimiento que nunca muere, no es otro que ser aficionado del Málaga Club de Fútbol.
Todo aficionado malaguista recuerda su primera vez en La Rosaleda, esto fue lo que sintió nuestro protagonista de hoy: «Me fui a vivir a España con mis padres en el año 90, mi abuelo es español y tengo un tío que en el año 93 me lleva a ver el Atlético Malagueño-Mármol Macael en La Rosaleda, ahí me hice hincha. Mi objetivo es poder estar un tiempo en Málaga. Desde que el Málaga sube de nuevo a Primera División pude ver el Málaga en televisión pero desde que descendió no puedo seguir las retransmisiones. Lo que nos hace hincha de un equipo es la pasión que te transmite , la realidad es que hemos pasado momentos duros pero también hemos vivido momentos maravillosos con el Málaga».
Cada vez que tiene la oportunidad de volver a Málaga, Germán aprovecha para visitar La Rosaleda: «Veo al Málaga por primera vez en Primera División en 2014 porque mi amiga, que la conocí acá en Málaga, se casaba y me pidió ser padrino de la boda y tuve la oportunidad de venir a Málaga y aproveché para presenciar un Málaga-Villareal en La Rosaleda. Un partido donde se aseguró la permanencia en la máxima categoría».
Acerca de como vivió ese fatídico Dortmund-Málaga a miles de kilómetros de Martiricos: «Soy muy hincha del Málaga y vivir la vuelta de Champions frente al Dortmund que fue unos de los días más maravillosos y tétricos a la vez, tenía el balcón abierto de mi piso y pateé unos almohadones y acabaron esos almohadones en mitad de la calle, soy hincha de llorar por el Málaga».