Cada día que pasa la alfombra que ocultaba las tropelías del ex presidente Al-Thani desliza algún detalle de la pasada gestión del club de Martiricos. Uno de los episodios más complicados del curso pasado fue la llegada de Benkhemassa. El jugador argelino fue ‘fichado’ por el catarí en pleno mes de julio y sin la aprobación del por entonces director deportivo, José Luis Pérez Caminero. El jugador, que estuvo casi un mes en la Costa del Sol, antes de poder ponerse a las órdenes de Víctor Sánchez del Amo fue el penúltimo intento de la familia Al-Thani de hacer a su antojo en el cuadro costasoleño. La historia podría ser titulada como la de la prima de Benkhemassa.
El jugador fue firmado oficialmente el último día del plazo de fichajes, mientras en las oficinas del club se buscaba delantero. El centrocampista, que finalmente ha sido utilizado por los entrenadores más de lo que en un principio se esperaba, fue el primero de los inscritos aquel día. Una orden directa del máximo accionista del club. Mientras Caminero intentaba inscribir a Okazaki por el mínimo, con un absoluto desconocimiento del límite salarial y su funcionamiento, la obsesión de Al-Thani era Benkhemassa y su sueldo.
El argelino firmó por el salario mínimo, no había otra formula posible para inscribirle. Sin embargo, su salario sobre el papel iba a ser otro. Al-Thani, que fue informado de la noticia, pidió entonces una cláusula especial para el argelino. Benkhemassa cobraría los 80.000 euros, pero se llevaría una jugosa prima a final de curso para compensar el recorte en sus emolumentos. Una cifra cercana a los 300.000 euros. Curiosamente la misma cantidad desperdiciada el curso anterior en el fichaje Takioullah. Un futbolista no profesional por el que el club de Martiricos tuvo que desembolsar más de un cuarto de millón de euros. Solo la insistencia de Jofre y el propio Caminero, sabedores de que una cifra así era inasumible para las arcas del Málaga, impidió el ‘clausulazo’.
No era la primera vez que Al-Thani hacía u ordenaba alguna operación turbia. 3,5 millones de euros pagó, sin ir más lejos, por Esteban Rolón. Un jugador, cuyo cada minuto en el césped que ha jugado en el Málaga le ha salido al club por más de 6.000 euros. Eso sin contar el abultado salario del argentino. Operaciones que están siendo también estudiadas por la jueza que ha retirado al catarí de la gestión del club. Finalmente, la prima de Benkhemassa no salió adelante. Pero alguna pregunta queda en el aire. ¿Por qué tenía el presidente esa obsesión en pagar 300.000 euros a este futbolista?
