La permanencia ya es una realidad. Después de tanto sufrimiento, Pellicer puede sonreír. El entrenador, satisfecho por el resultado, valoró de la siguiente manera el partido:
Analisis del 2-0 a favor: “Muchas emociones por todo lo que se ha vivido este año. Desde el primer momento nos hemos dejado la vida, los jugadores se han dejado la vida, la gente del día a día se ha dejado la vida con muchísimos obstáculos, visibles e invisibles. Lo que he pensado al final ha sido darle las gracias a los jugadores porque desde el primer momento les dije que teníamos que pensar en fútbol y ellos creyeron. A partir de ahí, hay un sufrimiento diario brutal. El estrés ha sido brutal y cómo empezamos perdiendo contra el Huesca y los jugadores han sabido darle la vuelta. Era el partido más importante de la historia por lo que nos jugábamos todos. La viabilidad del club. Felicito a todos los jugadores, al staff técnico y a todos los que nos han ayudado. Darle las gracias a esa afición tan sufrida, que ha sido muy exigente por todo lo que han sufrido y se han llevado una merecida alegría. Todos los jugadores y los que han estado en el día a día nos hemos dejado el alma, nos hubiera gustado no haber sufrido de esta manera. Los partidos se ganan con trabajo, todos tenemos supersticiones, pero no ganamos por eso, ganamos por el trabajo y el esfuerzo diario de cada día”.
Lucha y entrega como denominador común: “Han pasado este año muchas cosas, hay que darle las gracias al cuerpo técnico anterior. Yo creo que si ganamos al Almería hacemos una segunda vuelta de playoff. Post COVID, la competición se ha hecho muy larga para todos. Hoy no hemos hecho el último cambio porque no podíamos arriesgarnos como contra el Deportivo. En esta vida hay que tener la conciencia tranquila y eso es ir de verdad e ir de frente. Hay partidos que hemos estado mejor y peor, pero este grupo se ha levantado ante situaciones que otros no hubieran podido y eso es coraje. Esta situación es un máster para todos, yo me pellizco todos los días por estar donde estoy. Ser entrenador del Málaga es lo más grande que hay, nosotros también lo sufrimos. El tema de la camiseta, es una camiseta sudada de un jugador que representa que han dado todo. El ego individual no sirve para nada, por encima de todo está el Club y la afición, aquí vale el colectivo. Es una liberación. Tiene un mérito enorme lo que han hecho y tengo que darles las gracias por enésima vez. Hemos tenido mucho desgaste emocional, muchas discusiones internas, pero que nos hacen ir con la verdad por delante. Hemos trabajado horas y horas y cuantas más horas, más soluciones”.
Vestuario unido, equipo ganador: “Eso significa el coraje de los jugadores. Coraje es cuando alguien está en el suelo y se levanta porque ve que tiene opción de ganar. Nosotros hemos estado en el suelo pero no tumbados. La gestión de grupos, por más que quieras comunicar, es ir con la verdad por delante, a un futbolista no se le puede mentir. Vamos entrenando semanalmente y cada examen es el campo. El verde no engaña a nadie, ahí es donde se tiene que hablar y estar y focalizar la mente. Eso ha sido. El desgaste físico de todos los equipos es normal y aún nos queda el Almería, pero también el tema emocional. Cualquiera no puede ser jugador del Málaga, es un club histórico con mucha presión, y hay que estar preparados. Ellos han creído, el mérito es de ellos. Tienes que buscar a veces el punto donde llegar al límite y ellos han respondido siempre desde la humildad”.
Balance de la temporada: “Yo me quedo con la entrega, con la camiseta sudada de un jugador pegada al corazón ante situaciones de muchos, visibles e invisibles, donde el equipo ha resucitado. Es un grupo que ha tenido coraje y me quedo con la alegría de la afición que ha sufrido más de lo que nosotros queríamos y tenía que entender que era una situación complicada. Cuando el equipo mejor estaba pasó lo del COVID y luego ha empezado otra liga. Me quedo con el coraje y la entrega de los jugadores».