Algún día tenía que pasar. Tete Morente no pudo sostener el juego ofensivo del Málaga por primera vez desde que se reanudó la competición. El jugador gaditano fue sustituido en el minuto 61 del encuentro. Su cambio más prematuro en esta desescalada. ¿El motivo? La pizarra de Lucas Alcaraz. El entrenador granadino preparó una maraña de futbolistas en La Rosaleda que desactivó el juego ofensivo de un Málaga que se vio maniatado de principio a fin. El técnico de los albaceteños preparó una trampa a Pellicer y el equipo de este cayó desde el minuto uno. El primer anti Tete Morente fue Lucas Alcaraz.
Tete no consiguió entrar en calor pese a los 30 grados de temperatura que se tuvieron que soportar en La Rosaleda. El extremo malaguista batió todos los registros negativos en cuanto a cifras ofensivas. Nada de asistencias, nada de velocidad y nada de nada. El ex del Lugo lo intentó con todo, pero al igual que Sadiku fue una isla en ataque. Los pocos balones que le llegaron era auténticos chumbos divididos en los que la ventaja siempre era para la defensa manchega. Las estadísticas del encuentro así lo dicen. Un solo regate y once pases a sus compañeros.
El plan de Alcaraz funcionó a la perfección y fue calcado para Juanpi Añor. El venezolano, que se marchó cabreado tras dejar su sitio a Benkhemassa, también se vio afectado por la estrategia del Albacete. Alcaraz no lo quiso reconocer, pero el plan de su equipo fue el de no dejar que se jugará al fútbol con la intención de pillar en una contra a los blanquiazules. El primer anti Tete Morente tiene nombre y apellido. Los malaguistas esperan que el Dépor no calque el plan este miércoles en otra final por la permanencia.