Que la mejor defensa es un buen ataque es algo de lo que puede dar fe el Málaga. Apenas 31 goles ha anotado el cuadro blanquiazul en lo que llevamos de temporada, que ya son 36 partidos. Es obvio que el equipo tiene un gran problema a la hora de mirar y acertar en el marco contrario. Sólo el Albacete ha anotado menos.
La diferencia entre los que luchan por ascender y los que sufren por la permanencia la tienen, habitualmente, los goles anotados. Pero en el equilibrio está la virtud. También en el fútbol. De ahí que sea igual de importante marcar que no encajar. Y por ahí se está salvando el conjunto costasoleño.
Si es el segundo, junto al Lugo y tras el Albacete, que menos marca, es necesario recordar que lidera la clasificación de menos tantos encajados con sólo 31. De hecho, Munir es el Zamora de la categoría. Primero, con Víctor, y ahora con Pellicer, la contundencia defensiva está siendo una gran virtud.
Con Pellicer, siete partidos imbatido
Son 14 los encuentros que el de Castellón ha dirigido al primer equipo. La mitad han acabado sin que Munir haya recogido el balón de su portería. Un mérito no sólo del marroquí sino también de la defensa. En los dos últimos encuentros, Pellicer ha utilizado una defensa de cinco que parece consolidarse con Cifu y Juankar de carrileros y Juande, Lombán y Diego González como centrales.
Ante el Rayo Vallecano, el jueves, seguramente volverá a utilizar ese sistema para intentar mantener una jornada más la portería imbatida. A falta de goles a favor, no recibirlos está bien. Para el Málaga, el mejor ataque es una buena defensa.