Cuatro meses después, por fin ganó el Málaga. O lo que es lo mismo, seis partidos, con el confinamiento mediante.
El 23 de febrero, en una Rosaleda con un ambiente sensacional en las gradas, el Málaga derrotó al Racing de Santander por 2-0. Era el segundo triunfo consecutivo de los de Pellicer, que una semana antes habían derrotado al Cádiz en el Carranza. Desde entonces, confinamiento mediante, claro está, vacío de vitorias.
Antes del parón, aún se disputaron dos duelos más. Empate ante Las Palmas (1-1) en Gran Canaria, y derrota en casa ante el Real Zaragoza (0-1). Después, las cosas no mejoraron para los blanquiazules. La Liga se reanudó el 12 de junio con un 1-3 frente al Huesca. Le siguieron tres empates consecutivos contra Tenerife, Extremadura y Lugo.
Hasta que cuatro meses y cinco días después, el Málaga se estrenó en la nueva normalidad ganando al Girona cuando todo eran dudas en el ambiente.
Pero los blanquiazules fueron capaces, con un partido serio, de encontrar la pólvora que les había faltado desde que volvió el fútbol. Primero, Cifu, y después, Sadiku, anotaron sendos goles de cabeza que dieron ese primer triunfo tan necesario.
Sin embargo, los resultados no acompañaron del todo, pues la permanencia, después del triunfo del Numancia al Oviedo, sigue estando a solo tres puntos de distancia.