Esta noche, en horario poco apropiado para jugar al fútbol incluso viéndolo en casa, el Málaga CF tiene partido en Tenerife. Que va a haber partido es seguro. Que los jugadores salgan a jugarlo, ya es otra cosa.
La falta de actitud del equipo, a excepción de dos o tres jugadores, fue tan lamentable y evidente el pasado viernes que hasta el calamitoso arbitraje del madrileño Moreno Aragón pasó a un segundo plano. Pese a que señaló dos penaltis más que discutibles, uno a cada equipo, y expulsó a Lomban por una acción que únicamente vio él, la parroquia malaguista no le culpó de la derrota.
Es otro día más en la oficina del VAR, donde cuando juega el Málaga CF es como sino hubiese nadie. Pero la afición blanquiazul sintió vergüenza propia y ajena de sus futbolistas. La maravillosa comunión de equipo, entrenador y la grada de animación cuando finalizó el play off de ascenso la pasada temporada, quedó quebrada tras el encuentro frente a la SD Huesca.
La cuestión de hoy es saber que van a hacer los futbolistas. La falta de profesionalidad llegó a provocar discusiones internas en el vestuario, pero la sangre no llegó al río. Así que estas tenemos: o se redimen en Tenerife o la sombra del descenso a la Segunda “B”.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.