Ya no sólo es por la derrota ante el Huesca y la forma en la que se produjo. Es un pensamiento que Pellicer tiene arraigado porque no queda otra: las rotaciones esperan en Tenerife, aunque algunas son imposibles. Pero no podrá hacer todos los cambios que le gustaría. El límite de fichas filiales utilizadas es un hándicap muy grave.
Con Lombán con puesto fijo en el once tras el perdón de Competición, y Juankar sin sustituto natural, las dudas se centran en el lateral derecho y el otro central. La titularidad de Cifu fue algo inesperado después del buen nivel mostrado por Ismael Casas antes del parón. Si el canterano fuese elegido en el once, con Luis Muñoz y Keidi fijos, meter a otro canterano como Juande, Iván Jaime o Hicham sería jugársela desde el saque inicial. Ya serían cuatro.
Sin embargo, Pellicer sabe que es necesario rotar, por lo que en medio campo, Keidi o Luis podrían descansar. Si fuese por uno de los dos o incluso por Adrián, al que no se le vio fino, Iván Jaime tendría sus opciones. Deportivamente está por delante de Boulahroud y Rolón. Mas el puzzle de fichas puede hacer que el entrenador se quede con las ganas y se vea obligado, si debe modificar algo, a dar entrada al marroquí o al argentino.
Y arriba, ¿qué decir? Frente al Huesca jugaron Juanpi, Sadiku y Tete. Hicham y Renato fueron utilizados como revulsivos. El marroquí también está por delante del luso en méritos y gustos. Pero una vez más, todo va en función del puzzle. Siempre, siete con dorsal del primer equipo sobre el campo. No caben todos los canteranos.
Del mismo modo, seguirá Sadiku porque no hay más. Buenacasa no ha demostrado nada desde que llegó en enero y Julio ocupa plaza del segundo equipo. Aarón continúa lesionado.
Con todo esto, con apenas 72 horas entre partido y partido, en Tenerife le esperan las rotaciones imposibles a Pellicer. Es la hora de que Boulahorud, Rolón, Buenacasa o Renato demuestren por qué son profesionales.
