Salva Ballesta, ex jugador del Málaga CF y actual entrenador del Algeciras, pasó por la emisora de la radio que vive el deporte para comentar cómo está pasando la cuarentena, cómo está gestionando los entrenamientos con su equipo, la viabilidad del Málaga CF y sus inquietudes y conceptos como míster.
Confinado en el hogar y respetando firmemente las medidas sanitarias, el maño ve inviable a día de hoy regresar al fútbol: “El fútbol es un deporte de contacto y hasta que no esté todo claro, no se puede volver. No podemos ir a entrenar y llevarnos de vuelta con la familia el ‘bicho’. Se está dando la visión del aspecto económico, que debería ser secundario en el momento que hay un fallecido”.
Algeciras es uno de los municipios referentes de Cádiz. El proyecto a medio plazo, no sin antes mantener la categoría esta campaña, es ascender a la categoría de plata: “Lo que está programado es salvar la categoría y el año que viene optar por el ascenso. La ciudad está bien situada, con mucha actividad económica, pero si no va acompañado de un potencial de equipo de élite, se ve reducido, y es lo que quiere la nueva Junta Directiva y el presidente, y en eso trabajaremos”.
De todos es sabido la personalidad y carácter de ‘El Aviador’, todo pundonor y sacrificio. Así fue como jugador y así será siempre, aunque reconoció que de entrenador sufre mucho más: “Se sufre más como entrenador y más si amas la profesión. Si no estás preparado para soportar cosas y no te dedicas de la noche a la mañana, no tiene sentido. Tienes a tu cargo a muchas personas y yo me involucro mucho. Mi modelo de juego es el de la persona, sacar a base de valores el máximo rendimiento”.
“Me considero que tengo un estilo propio, pero como una persona que vive cada segundo a la máxima intensidad. Pero sí que esas cosas buenas las he cogido de mis entrenadores. He tenido entrenadores como Camacho, Benítez, Zambrano y la conclusión que saco es la persona, y es lo que tengo claro, gestionar y llegar al corazón del jugador, que crea en ti y que seas capaz de convencerle siendo un tío cercano”, señaló sobre el sello de sus equipos y la influencia positiva de sus antiguos dirigentes.
Uno de sus clubes del alma, el Málaga CF, está viviendo una situación caótica. La pésima gestión de la familia Al-Thani sigue perjudicando hoy la viabilidad de la entidad, muy castigada por el despilfarro. “Es fruto de lo que se le ha permitido o ha querido hacer. El despilfarro es brutal, no es normal que el propietario no rija al equipo. Estamos luchando con una pandemia importante ahora, y como aficionado también con la otra pandemia, que es que estos señores acaben pronto aquí”, apuntaba Salva Ballesta sobre los cataríes y la necesaria salida de estos para la supervivencia del club boquerón.