El entrenador de Unicaja, Luis Casimiro, pasó por los micrófonos de Radio Marca Málaga para charlar sobre cómo está viviendo estos momentos de confinamiento en casa y de qué forma trabaja para regresar al máximo a la competición, fijada para el próximo 24 de abril si todo marcha como los plazos así lo estipulan.
Es fácil llegar al aburrimiento después de tantos días sin salir de casa excepto para lo estrictamente necesario. El de Ciudad Real, en cambio, encuentra motivaciones para estar distraído y entretenido: “Me lo tomo con tranquilidad y mentalizado porque desde el primer día se veía que esto era para más tiempo de esos 15 días establecidos al principio. Yo no me aburro, van pasando los días hasta hoy y estoy entretenido. También lo veo desde la distancia y en el silencio y con el respeto que merecen las personas que lo están pasando mal porque les haya afectado a familiares directos. Este encierro nos vendrá bien a todos para acabar con este virus”. Y razón no le falta.
“Hay que concienciarse, no tomarlo como un castigo, sino como un paréntesis para resetear y para hacer cosas que en otros momentos no tenemos tiempo. Tenemos que, desde nuestro grano de arena, quedarnos en casa y disfrutar de la familia. Tenemos todo el tiempo del mundo y hay que aprovecharlo”, aconsejaba Luis Casimiro sobre cómo afrontar este periodo.
La conversación derivó, en un plano más deportivo, al cariño y respeto que recibe el entrenador en la ciudad. Hubo momentos donde la afición protestó, reflejado con pitos, en contra del técnico, aunque él siempre percibió muestras de apoyo en su vida cotidiana: “En Málaga, en la calle haciendo vida no publica, me han tratado siempre con respeto, cariño y solo con palabras de aliento. Por eso siempre estoy agradecido. Cuando he escuchado pitos, obviamente no son del agrado de nadie, pero son respetables. Los que pitan pagan su entrada para hacer lo que quieran en cada momento y respeto siempre cuando silban o alaban”.
A lo que prosiguió sobre dicho tema: “De esos pitos pasamos al momento más emotivo con el pabellón emocionado. Fue cuando nos recibieron para jugar la final de la Copa, bajando del autobús mientras cantaban el himno, es para grabarlo en la retina y no olvidarlo nunca. El Carpena es exigente y a mí me da motivación y el ánimo para seguir porque quiero estar en este sitio y me gusta trabajar aquí. Hay un proyecto a medio plazo muy ilusionante”.
Justo resta un mes para regresar, según lo establecido por la Liga Endesa, a la competición regular. Quizás, y aunque los jugadores se ejercitan en sus hogares con las máquinas del gimnasio de Los Guindos, sería precipitado y frenética este temprano regreso: “Vamos a llegar justos. Por mucho que trabajemos en casa, porque el gimnasio de Los Guindos está repartido entre todas las casas de nuestros jugadores, nos hace mantener la condición física, aunque de manera mínima. La idea es cuando se pueda reanudar lo antes posible, terminarla. Es un año atípico y tampoco podemos pedir que se cumpla todo como nos gustaría. Tenemos muchas ganas de competir y en diez días de preparación podríamos estar compitiendo dentro de las condiciones que tenemos”.
Para entonces mucho de los lesionados llegarían en plenitud de condiciones. Otros jugadores, como Toupane o Dragan, lo tendrían más complicado, aunque habría esperanzas para que compitiesen en mayo: “La mayoría llegarán. Toupane y ‘Milo’ tienen más dificultades. Dragan, si todo fuese normal, pisaría cancha a finales de mayo. La lesión de Axel también es larga y lo teníamos olvidados prácticamente a ambos, pero ahora, con estos plazos, cuando llegue la competición será vertiginoso el ritmo. Los que no eran graves, con plazos de dos-tres semanas, sí que estarán. Nunca he podido tener en Málaga a todos los jugadores plenos a finales de temporada. Ojalá tenga dificultades para hacer convocatoria porque eso sería un sueño porque no he tenido eso en momentos importantes en estos dos años”.