odo lo que está ocurriendo estos días solapa de una u otra forma la actualidad informativa habitual. Ayer, recibíamos el impacto del fallecimiento de un “grande” del fútbol español y europeo. El “abuelo” Joaquín Peiró, como me gustaba llamarlo a mi, representó la exquisitez de un fútbol que ya no se estila mientras estuvo al frente del banquillo malaguista. El entrenador más longevo del Málaga CF, en su historia moderna, dejó un poso de sabiduría y buen hacer, que supuso un agradecimiento eterno del malaguismo militante. La tarde previa del encuentro frente al CD Logroñés en La Rosaleda, en la categoría de plata del fútbol patrio, la presencia de Fernando Puche en el vestuario blanquiazul marcó un punto de inflexión en el futuro inmediato malacitano.
El entonces presidente costasoleño respaldó sin fisuras al “mister” y desde ese instante el “galgo” del antiguo Metropolitano no perdió otro envite hasta dieciséis jornadas después. Ascenso a la Primera División, primer título europeo, la Intertoto, y cuartos de final de la desaparecida Copa de la UEFA. Iconos como Darío Silva, Dely Valdés, Sandro, Movilla, Valcárcel, Fernando Sanz, De los Santos, Contreras, Josemi, Mikel Roteta, su sombra alargada sobre el terreno de juego, o Larraínzar entre otros; fueron obra y creación futbolística de Peiró. Pero todo eso y sus logros deportivos como bailar al Real Madrid de Zidane y los fantásticos, o hacer lo propio en el Camp Nou frente al FC Barcelona es casi secundario si hablamos de su forma de ser y la gran persona que fue.
Dejó esa impronta de corrección y educación dentro y fuera del club. Yo siempre lo recordaré porque, pese a mis críticas, nunca dejó de tratarme con educación y cuando se marchó de la entidad malacitana me agradeció que hubiese sido tan claro siempre en mis opiniones. Con los años nuestras conversaciones fueron más interesantes y yo le escuché en cada una de ellas como un alumno que atiende al maestro.
Joaquín Peiró fue un grande del fútbol como futbolista, en el Atlético de Madrid y en Italia así como en la Selección Española. En el MÁLAGA CF representará de por vida un ejemplo a seguir y un legado histórico.
¡Descansa en paz!, abuelo y maestro, grande del fútbol y mejor persona.