La primera decisión del Administrador Judicial fue la de cesar de sus funciones a Richard Shaheen. El norteamericano salió en un taxi de La Rosaleda con la intención de no volver a Martiricos y después de ponerse las botas por última vez. Abducido totalmente por el mundo ‘altaniense’, Shaheen pasó su último día en club boquerón fiel a su estilo. Hizo deporte en el gimnasio, amenazó con el despido a algunos empleados y luego se preocupó de su mascota, su única obsesión junto a su ego en esta etapa de malaguista.
El liquidador, como así le llamaban en las oficinas del club, no tuvo tiempo de llevar a cabo algunos de los terribles planes que tenía para el cuadro costasoleño. En su cabeza estaba hacer del Málaga CF un club más hermético aún. Nada de entrenamientos a puertas abiertas, nada de manifestaciones alrededor del estadio y por supuesto ninguna en el interior. Tal era la obsesión por su imagen que en los planes del ex director general estaba retirar las pancartas del Fondo Sur 1904, tal y como confirman los propios seguidores en su cuenta de Twitter.
Los recortes en la cantera iban a estar a la orden del día. Shaheen ya tenía preparada incluso la retirada de algunos equipos para el próximo curso además de poner a la venta todos los canteranos por los que pudiese llegar una oferta decente. Preparaba también la llegada de un director deportivo y un director de cantera, tal y como ha informado el Desmarque y ha podido confirmar Radio Marca Málaga. Un plan oculto que para nada coincidía con lo expuesto en LaLiga y que hubiese puesto de nuevo en la picota de Tebas el asunto de la economía del club.