Una de las más lamentables herencias que ha dejado la etapa de Abdullah Bin Nasser Al Thani y sus hijos al frente de la gestión del Málaga tiene que ver con el resultado económico de la última temporada disputada, la 18/19, cuyas cuentas deberían haber sido aprobadas antes del 31 de diciembre de 2019 y aún no han sido presentadas en la Asamblea de Accionistas.
Sin embargo, a pesar de ello, ya están auditadas e incluso se presentaron ante LaLiga, como así declaró Richard Shaheen en su comparecencia ante la jueza en la vista del pasado martes. Algo que no tiene validez alguna, al menos oficial, sólo informativa, puesto que esas cifras deben mostrarse a los accionistas antes de darle su aprobación.
En todo caso, como consta en el Auto en el que se ha decidido apartar a los Al Thani de la gestión, esas cuentas de la temporada 18/19 arrojan unas pérdidas de 13.667.239,66 euros. En cambio, presentan un activo de sólo 1.703.585,10 euros. A ello hay que unirle las explicaciones, requerimientos y sanciones efectuados tanto por el Consejo Superior de Deportes como por la propia Liga de Fútbol Profesional, lo que demuestra la deficitaria situación económica de un Málaga que aún tiene un largo camino por delante para salir del túnel en el que el jeque lo metió hace ya mucho tiempo.
