El regreso de Keidi Bare es la noticia positiva en los entrenamientos de esta semana. Que el mediocentro albanés vuelva al grupo solo puede significar una buena noticia aunque para Sergio Pellicer podría supones también un dolor de cabeza, uno ‘bueno’ claro, porque el técnico de Castellón verá como sus opciones para el centro del campo de multiplican con un jugador de nivel dispuesto a luchar por un puesto que se ha ganado con creces el malagueño Luis Muñoz. Un duelo por ser el pivote que juegue por delante de la defensa, un papel vital en las rápidas transiciones que los blanquiazules hacen desde que el ex trepador del filial llegó al banquillo.
Luis Muñoz ha conseguido encajar a la perfección en su rol definitivo para este curso. El canterano había jugado de central, mediapunta y hasta lateral izquierdo en Elche. El de Nueva Málaga ha sido un fijo en el esquema de Pellicer. Su salida de balón es clave en el nuevo juego malaguista, además de la liberación que ha supuesto para Juanpi y Adrián el trabajo que hace en el centro del campo. La afición así se lo ha reconocido en los partidos en casa y ya son muchos los que insisten a diario en su renovación, de momento paralizada por la situación económica que hay en Martiricos.
Con el regreso de Keidi se abren dos opciones. El albanés no será titular probablemente esta semana después de casi mes y medio en el dique seco. Pero en cuanto recupere el tono físico opositará a quedarse con el puesto. Pellicer podría optar a jugar con los dos en sala de máquinas, pero lo cierto es que eso sería traicionar un poco su clásico 4-3-3, que no dejaría sitio para ambos futbolistas. El papel de Keidi era clave hasta su lesión, ahora parece que ya no es imprescindible. Habrá qué ver cómo gestiona el de Castellón el dilema con el que sueñan todos los entrenadores del mundo, la competencia.
