Diego González es uno de los nombres propios de esta temporada en el Málaga CF. El defensa central ha hecho honor a la ya mítica frase de Joaquín Caparrós que decía que en el fútbol uno pasa “prostituta a monja en cinco minutos”. No ha sido un periodo tan corto de tiempo pero lo cierto es que el zaguero gaditano ha conseguido salir del barro en el que se vio sumido a comienzos de curso con numerosos fallos defensivos que le costaron puntos al equipo en partidos como contra Alcorcón, Ponferradina, Albacete o Rayo Vallecano. Unos fallos que le costaron la titularidad en detrimento de David Lombán, el central elegido por Víctor para hacer pareja con Luis Hernández.
No es fácil remontar una situación así con la juventud que tiene el defensa. La lesión de Lombán en Soria le devolvió una oportunidad que el futbolista no ha desaprovechado. Desde su regreso no ha perdido un solo partido de los que ha disputado. Su vuelta ha coincidido con el mejor momento defensivo de la temporada para los malacitanos y con una racha de una derrota en doce partidos que ha llevado a los blanquiazules a empezar a soñar con cotas mayores. Diego González no estuvo presente en la derrota en el Martínez Valero por culpa de una lesión que le hizo perderse dos jornadas en detrimento de Juande.
El gaditano no cabía de orgullo tras los tres puntos conseguidos en la Tacita de Plata, donde dejó muy claro que “sobre el campo no había amigos”. El defensa sacó pecho por él y sus compañeros en la zona mixta tras el encuentro. “Cuanto más unidos estemos afición y equipo, más bonito es cosechar triunfos porque ellos lo viven de manera muy unida a nosotros y nosotros a ellos. Este equipo está trabajando muy bien y se merece cosas como esta. Esto es reflejo del trabajo diario y queremos seguir”.