Pasó la Copa del Rey de baloncesto en Málaga, primer evento de los muchos que tendrá la capital de la Costa del Sol este año 2020 en el que somos protagonistas europeos del deporte. Solo puedo decir… ¡Qué pasada! Ya no solo porque el Unicaja casi acabara con la maldición llegando a la final tras llegar a los 90 puntos en cuartos y semifinales. El fin de semana fue una pasada en sí para los amantes del deporte y la radio. Un Carpena abarrotado todos los partidos, ocho -en realidad eran 10 con los de Baskonia y Burgos- aficiones conviviendo en absoluta armonía y buen rollo… la esencia de lo que debe ser el deporte. Algo por lo que un ‘futbolero’ siente envidia de la buena.
Personalmente, me tocó vivirlo a pie de pista en Marcador de Radio Marca. Es increíble presenciar los partidos desde tan cerca. Los golpes en los rebotes, las instrucciones de los técnicos, las decisiones arbitrales o las reacciones a un triple imposible de compañeros de equipo o aficionados. Como si fuese la casa de Gran Hermano, todo se magnifica cuando ves a estos gigantes luchar codo contra codo por cada balón desde el parqué.
Un fin de semana que me ha permitido hablar con gente que es historia del baloncesto como Felipe Reyes, Berni Rodríguez, Lucio Angulo, Mumbrú, Sitapha Savané. Lull o Rudy Fernández… no eran las únicas estrellas. El actor Javier Gutiérrez, el cocinero Dani García, el compañero Antonio García Ferreras, Salva Reina, Fernando Roig, Esteban Granero y alguno más que seguro que se me olvida y que también pasó por la esponja roja de la radio del deporte. La posibilidad de compartir sensaciones e historias con compañeros de otros medios y ciudades con los que uno convivió más horas que con la familia en estos cuatro días también es algo especial.
Una Copa de la que también me llevo la sonrisa de los nuestros que nos hicieron soñar con un nuevo título. La pasión de Alberto Díaz, la calidad de Jaime Fernández, la veteranía de Suárez, los saltos espectaculares de Adams o los subidones puntuales de Brizuela… Ojalá no tengan que pasar muchos años para vivir una Copa de nuevo en Málaga o para que Unicaja se acerque de nuevo a un trofeo.
Un fin de semana que se redondeó con la victoria de los de Pellicer -me cambió de balón- en Cádiz. Tres puntos que nos hacen soñar con la permanencia e incluso con molestar a los de la zona media alta de la tabla. El clínic táctico de los jugadores y el técnico para mantener la ventaja durante toda la segunda parte fue para que se ponga en todos los cursos de entrenador de este país. ¡Chapeau!
Ojalá alguna vez el futbol sea como el basket!