@RadioMarcaMLG | La Segunda División es una competición trampa. Equipos que se convierten en revelación al finalizar la primera vuelta llegan exhaustos al final de la temporada y rozando el descenso. La Ponferradina ha sorprendido a buena parte de sus adversarios, incluido el Málaga CF, en estos primeros meses del campeonato. Sin embargo, ya lleva dos jornadas cosechando resultados adversos.
En otras palabras, el Málaga CF no parece que pueda ascender de categoría, pero desde luego no es mucho peor que la mayoría de los clubes de la categoría. Cerrado el capítulo de las excesivas estridencias por el cese de Víctor Sánchez del Amo, que han de ser respetadas, en lo deportivo anoche quedó claro que el relevo en el banquillo era más que necesario.
Sergio Pellicer se limitó a ser valiente y jugar con un sistema de juego 1-4-3-3, muy apropiado para el equipo que tiene a su disposición. Es decir, lo que llevo afirmando toda la temporada. Transiciones rápidas, ayudas en la cobertura y repliegue defensivo para evitar ser sorprendidos a la contra. Todo fácil y sencillo, en el fútbol, a veces, no necesitas más que sentido común y capacidad de acción.
Anoche los futbolistas blanquiazules estaban mejor colocados sobre el terreno de juego y más arropados entre ellos. La consecuencia inmediata es que jugaron más confiados en lo que hacían y mucho más seguros en el objetivo común de mantener su portería a cero,
Es pronto para decirlo pero este club sobrevive desde hace varias temporadas a su presidente, por lo que es de esperar que pueda hacerlo también a la ruina deportiva y de resultados que ha heredado Sergio Pellicer del ex entrenador blanquiazul.
Antoñín, un incordio toda la noche para la defensa leonesa, además de autor de un gol tempranero que dio los tres puntos a los costasoleños. El debutante Juande, apuesta personal de Pellicer. El ímprobo trabajo con los defensas de Sadiku, o la mejoría de Juanpi Añor, etc. En definitiva, todo un equipo implicado en el objetivo del Málaga CF como no se veía desde hace muchas jornadas.
El rey ha muerto, ¡viva el rey!, Sergio Pellicer, y que dure.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.