Realmente uno no sabe con que carta quedarse después del encuentro disputado por el Málaga CF frente al Lugo. Casi es imposible jugar peor y acabar remontando un partido, pero así es la categoría de plata del fútbol español. Plagada de equipos irregulares con rendimiento dispar. De pronto se adelantan en el marcador merced a un regalo del portero rival, madre mía Munir. ¿Donde narices iba?. Como tiran un partido no defendiendo bien una jugada por el extremo ni el posterior rechace, otro gol para Adrián. O meten al rival en el encuentro quedándose con diez futbolistas sobre el terreno de juego.
Al final pierden por culpa de un único protagonista, o mejor dos:Harper y el árbitro. El “escocés” de Fuengirola materializó el gol del triunfo e hizo un penalti con dobles incluido que el colegiado y su asistente no vieron. A decir verdad, los únicos que no lo vieron en todo el estadio. Otra vez tres puntos remontando y sufriendo una barbaridad.
Y pese a todo, el Málaga CF, de Muñiz duerme este sábado lider de la categoría. Lo dicho uno no sabe ya a qué carta quedarse, si la resultadista o la del buen juego. Mientras asciendan que hagan lo que quieran pensará el seguidor malaguista. A fin de cuentas los milagros existen, aunque no durarán siempre.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.
