UNA PENOSA DEFENSA Y GIL MANZANO EVITARON EL EMPATE MALAGUISTA 

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Como dije durante toda la semana en Radio Marca Málaga, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Estaba escrito que Gil Manzano iba a ayudar a este timorato, desconcertante y errático Real Madrid en caso necesario. El extremeño, nada valiente con los equipos grandes y mal y chulesco colegiado, venía con la lección bien aprendida. No tenía que ser un escándalo su arbitraje, aunque lo fue, pero sí una faena aseada  y limpia para la prensa madrileña y madridista, tal y como resultó ser su parcialísima interpretación del reglamento para unos y otros.

 

Ahí van varios ejemplos. Peñaranda se protege ante la llegada de un defensor sacando la mano para medir la distancia y la jugada termina en tarjeta amarilla para el venezolano. Cristiano hace lo propio pero con más violencia golpeando por detrás en el cuello a Adrián y se queda sin sanción. En cambio, el malaguista protesta por la acción y el "valiente" Gil Manzano le muestra tarjeta. Descuento del primer tiempo Paul Baysse remata impecablemente a la red tras el saque de una falta. El extremeño primero parece que señala el final del primer tiempo tras el desconcierto de Míchel y todos los futbolistas costasoleños. Después, el cuarto árbitro explica al técnico blanquiazul que Gil Manzano señaló una falta de Baysse que nunca existió. En la segunda mitad, Marcelo aguantó con una tarjeta y debió ver la segunda al menos en dos ocasiones. Como es obvio, el colegiado extremeño hizo la vista gorda. Posteriormente, Gil Manzano señaló un penalti a favor del Real Madrid de un Luis Hernández nada acertado en el Santiago Bernabeu. No se habría señalado, con el criterio que utilizó en este partido, en el otro área en la vida, pero lo fue. Sin embargo, el gol de Cristiano Ronaldo no debió subir al marcador tras pararle el penalti Roberto, excelente toda la tarde. Benzema entró en el área grande hasta dos metros mucho antes de que el portugués lo lanzase.

 

En definitiva. que Gil Manzano fue protagonista destacado del triunfo merengue debido a su disparidad de criterios para unos y otros. Pero no fue el único culpable. La defensa malacitana fue un desastre a balón parado y en los centros laterales. Parece que no hay forma de corregir estos fallos y ante un grande de la competición siempre se paga. Se tiró muy bien el fuera de juego pero sólo con éso no basta. Y es una pena porque con el buen partido jugado por los centrocampistas, más ka actuación de Rolan y de Chory, se pudo hasta ganar el encuentro a los de Zidane.

 

En definitiva, pese a que hay que mejorar, los de Míchel no dan sensación de ser un equipo candidato a descender. Ahora hay que refrendar esta imagen ganando al Levante y al Alavés con lo que la ciclogénesis habrá pasado.

 

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.