Es complicado realizar una defensa de alguien que de momento no ha cumplido con las expectativas que se habían generado con su fichaje en verano. Jony no ha estado a la altura en este primer tercio de temporada. El asturiano se ha pasado más tiempo en el banquillo que sobre el césped y salvo el partido ante el Leganés no ha aparecido por Martiricos una versión similar a la del jugador que maravilló en el Sporting de Gijón de Abelardo. El extremo no está fresco, no tiene ritmo, pero no ha dicho su última palabra o al menos eso piensa un humilde servidor que escribe estas líneas.
No debe ser fácil asumir que ya no eres el protagonista de todo un equipo e incluso toda una ciudad. Jony se ha equivocado, es cierto, pero todavía tiene margen de mejora y arrepentimiento. Ha metido la pata con sus declaraciones en la previa del partido ante su ex equipo y no estuvo mucho mejor su actuación en el césped durante el choque y posterior a el mismo. Pero es de humanos errar y por suerte tenemos en nuestras filas a un gran jugador con mucho margen de mejora y con unas ganas terribles por demostrar cosas. Ha tocado fondo en Málaga, pero después de los minutos que Juande le dio en Mestalla contra el Valencia, he visto una chispa de luz en el pozo. La obligación del entrenador malaguista será la de rescatar ese jugador que sabemos que lleva dentro Jony, la del asturiano debe ser no escatimar en esfuerzos día a día hasta poder poner en pie La Rosaleda. Dejemos el orgullo a un lado y arrimemos todos, protagonistas incluidos, el hombro.