No tienen por qué encenderse las alarmas nada más comenzar el campeonato liguero. Lo que desde luego debe saber la afición malaguista -ya pudo comprobarlo en la anterior etapa de Juande en el banquillo malacitano- es que si Javi Gracia gustaba de cerrar los partidos buscando más goles a favor, al extremeño su concepción del fútbol le invita justo a lo contrario. Un gol o medio gol que asegure tres puntos a los blanquiazules provocará de inmediato un repliegue del equipo a tareas defensivas para asegurar la cosecha obtenida.
No es mejor ni peor, son conceptos distintos del fútbol. Con ellos Juande Ramos ha logrado grandes títulos y objetivos extraordinarios mientras que Javi Gracia es un proyecto por desarrollar. Hasta hoy la trayectoria de este último es magnífica pero queda lejos aún del actual técnico malaguista. A todo el mundo agrada el fútbol que jugó en el Mundial la selección española pero Portugal, sin proponer nada, acaba de ganar la Eurocopa.
Es obvio que Juande Ramos le dio vida al Osasuna en el primer encuentro liguero. El cambio de Kuzmanovic por Jony desequilibró el dominio blanquiazul en el centro del campo y el del partido de los costasoleños para abrirle las puertas a los pamplonicas, que hasta ese instante eran un cero a la izquierda. La falta de gol, la ausencia de un killer y el estado del terreno de juego hicieron el resto.
Ninguna de estas cuestiones es preocupante aún y mucho menos con un equipo en manos de Juande Ramos y al inicio de la temporada. Pero no nos engañemos, con el manchego veremos un equipo entregado, luchador y trabajador cuya base es ganar desde la cultura del esfuerzo y no del preciosismo.
Y para lo bueno, pero también para lo malo, Juande Ramos, en esencia, dejó escapar tres puntos ganados… aunque seguro que ganará muchos más con su criterio futbolístico.