Definitivamente, el Málaga CF parece haber salido de la crisis deportiva -la institucional es harina de otro costal- en la que sobrevivió a duras penas durante la primera vuelta del campeonato liguero.
Pude presenciar el encuentro junto al excelente director del extraordinario Hotel COTTON HOUSE, Andreu Canals. Este hotel boutique, que se encuentra en la Gran Vía de les Corts Catalanes, me recuerda en muchos detalles al AC Santo Mauro que regenta mi buena amiga Amaya Echeverría. Su recomendación para alojarme en este edificio, otrora sede de la "Fundación Textil Algodonera", ha sido un gran acierto.
En la Ciudad Condal pude observar cómo Javi Gracia tejió una espectacular tela de araña para cerrar todos los espacios de la Sociedad Deportiva Eibar en Ipurúa. El premio al control blanquiazul del encuentro llegó al filo del descanso con un gran gol de tacón de Juanpi Añor. Una pena que el venezolano no culminase su partido al fallar un tanto cantado en las postrimerías del envite. Mi amigo Gerard Sfez habría dicho aquello de "ese gol lo habría marcado mi abuela con tacón de aguja", como bien recordó en su crónica el maestro César Suárez. Lo cierto y verdad es que el Málaga CF le hizo un traje a su medida al Eibar, tal y como nos lo habrían tejido los profesionales de Santa Eulalia en el COTTON HOUSE.
Tres puntos de oro y la permanencia cada vez más cerca. Por cierto, Juan Mata, representante de Salva Ballesta, y éste junto a Vicente Casado y el propio Ghubn, por ese orden, dejaron en el club a Juanpi Añor, cuando otros querían echarlo.
Y ojo a Roque, Camacho, Rosales, Miguel Torres, Çop, FIlipenko, Albentosa, Charles y Boka, a quienes trajeron o mantuvieron Husillos y Casado. No estaría de más tomar nota de ello ahora que el presidente insulta a la afición en las redes sociales y el club sigue a la deriva en lo institucional.