El máximo accionista del Málaga CF, Abdullah Bin Nasser Al Thani, que no su amo y señor, debe irse ya de este club. Ha convertido a una entidad señorial como esta en un juguete roto entre sus manos con sus mensajes en la red, sus declaraciones insultantes para los dirigentes del fútbol español, sus salidas de tonos, su inanición para invertir en la entidad después de llevarla a la ruina con los gastos de mantenimiento de su inversión inicial, su ausencia permanente como presidente, sus gastos a costa del club cuando viene a la ciudad y su estrafalario comportamiento.
La prueba de que este respetable club es un juguete entre sus manos han sido sus últimos movimientos para, manu militari, cargarse todo el trabajo bien hecho de sus actuales dirigentes en el día a día. Esto ha provocado una crisis institucional sin precedentes en las dos últimas temporadas que amenaza con llevarse al club por delante hasta su desaparición. La crisis institucional es de tal calado que todo lo que iba a resolver Vicente Casado, Director General, con cierta tranquilidad -y sé bien de lo que hablo-, ha producido un movimiento sísmico de imprevisibles consecuencias.
A Mario Armando Husillos le iba a agradecer los servicios prestados, que pese a sus errores también han sido muchos, el próximo mes de enero o cuando finalizase la temporada. Lo que no se puede es echar a una persona que en dos ocasiones ha sido clave en la permanencia deportiva por un capricho del dueño por mucho que en la actual haya metido la pata hasta el corvejón.
Tampoco se puede aceptar del propietario la solicitud, que no exigencia, de sueldos para los vicepresidentes ejecutivos del club, sus hijos, que no hacen nada por la entidad y cuyos ejemplos y comportamientos no son los más adecuados. Hoy no hablaré de cifras pero si siguen empeñados en que faltemos a la verdad las daré con pelos y señales. Lo que ocurre es que, en este punto, Casado ha sido inflexible y de ahí la crisis abierta. No puede ser que tu seguro de vida ante la Liga de Fútbol Profesional sea cesado de su cargo porque no le admite los caprichos al máximo accionista porque, si es así, el camino del Málaga CF es su desaparición.
Ello, como es natural, ha provocado el vuelo de los cuchillos y los codazos habituales para colocarse en el mejor lugar posible de algunos miembros de la zona noble que no quieren perder sus excelentes sueldos, o bien pretenden seguir progresando ante la aparente locura mental transitoria de Al Thani.
Como era de esperar, y ya no se puede esperar más para cesar al míster, todo ello se ha trasladado al equipo que, entre su falta de acierto, el inmovilismo de Javi Gracia en sus planteamientos y alineaciones, unido a la escasa fortuna sobre el terreno de juego, ha colocado al Málaga CF en zona de descenso directo. La imagen de impotencia, de descoordinación en la retaguardia y de falta de fútbol de ataque de los blanquiazules frente al Espanyol fue insufrible.
Husillos está fuera, de hecho a Barcelona ni viajó con el equipo. Javi Gracia, un buen entrenador pero poco dado a ser capaz de levantar la moral de la tropa, debe estarlo en breve. Vicente Casado debe convencer al presidente de vender el club al grupo empresarial chino o al angloamericano o al que pueda venir, que son varios los interesados, antes de que la LFP o un administrador judicial descienda o disuelva la entidad.
Javier Tebas está harto de este club y de su jequecito y el único salvoconducto es Vicente Casado, como antes lo fue Fernando Hierro.Por eso lo digo claro: si Al Thani sigue al frente de la entidad malaguista y Casado es cesado o forzado a irse, este club estará muerto. La plataforma para salvar al Málaga CF debe llevarse a cabo ya. Si no, cuando quiera hacerse, será tarde.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.