No es fácil la misión que tiene Javi Gracia por delante. Al navarro le toca reinventar su propia versión de un Málaga que la temporada pasada encandiló a propios y extraños. No parece, al menos por plantilla, que la permanencia vaya a ser una misión durísima para los blanquiazules, que, desde mi punto de vista, superan a varios equipos de la Liga BBVA. Una Liga que, a falta del Granada – Eibar de esta noche, ha dejado una primera jornada nefasta en cuanto a nivel de fútbol y goles, y donde la mediocridad ha estado a la orden del día.
Pero volvamos al Málaga, que es lo que realmente nos interesa. Gracia sigue en busca del equilibrio para su once titular, parece que ese equilibrio puede llegar en forma de un fichaje más y es que lo que parecía un final de verano tranquilo, se ha transformado en una cuenta atrás que acabará el próximo lunes, con o sin extremo, con o sin delantero. El entrenador malaguista apostó por dar protagonismo al gol, la cualidad estrella de este verano, pero no funcionó. El Málaga tiró más, buscó durante mucho tiempo el tanto de la victoria, que por otro lado tuvo que subir al marcador de no ser por el asistente de Álvarez Izquierdo, pero no lo encontró. El esquema de la temporada pasada parece más coherente, más entero. En Málaga siempre se perdonó a los equipos que defendían mal y atacaban bien, en Martiricos gusta la locura. Por eso, aquel Málaga de Peiró triunfó tanto. Capaz de meter tres goles y encajar cuatro o viceversa. Gracia es trabajador e inteligente y seguirá dando vueltas al asunto hasta dar con la llave que abra la puerta del éxito. El objetivo debe ser enganchar, la permanencia llegará sola. Por lo demás, pudimos ver un equipo muy ordenado tácticamente, otro de los sellos del navarro, y que durante el 70% de los minutos defendió bien a pesar de Angeleri y Tissone, que no tienen cabida en el once titular. Cuando Darder se centre y Camacho se recupere, el reloj andará mucho mejor. El recado con Juan Carlos jugando por delante de Tighadouini queda ahí, que alguien lo recoja.
Para terminar, me gustó menos que no hubiese ningún malagueño en la convocatoria. Pero eso no es culpa de Gracia ni de los jugadores. Es culpa de los que siguen viendo al equipo de La Rosaleda como un negocio.
