El Málaga CF está en su laberinto particular de cada fin de campaña liguera, aderezado por varios intereses empresariales, el último el de un inversor chino, junto a la demanda de BlueBay contra el propietario de la mayoría de las acciones del club.
A ello hay que sumarle la política de traspasos y fichajes que, como es lógico, debe ser diametralmente opuesta con entrada de capital de nuevos inversores que sin esa posibilidad.
En otras palabras, lo que se decida ahora va a condicionar el futuro y los objetivos de la próxima temporada y en estos momentos está todo en el aire. En la prensa hay una opinión uniforme que en esta web desde hace un año y en MÁLAGA FM – RADIO MARCA he mantenido desde hace dos temporadas: la necesidad de que Al Thani vuelva a invertir en la entidad, esta vez él solito, o se vaya de una puñetera y santa vez.
Afortunadamente, ya no engaña a casi nadie, por lo que o da un paso adelante o va a echarse a toda la afición encima más pronto que tarde. Vicente Casado y Mario Armando Husillos tratan de seguir haciendo milagros económicos y deportivos, pero el único responsable de esta política del club es su presidente, conviene no olvidarlo.