Si la lógica se impusiese en el fútbol, y no suele hacerlo muy a menudo, el Málaga debería ganar con claridad el partido de este domingo frente al Córdoba CF. Los malaguistas han sellado su permanencia virtual, tienen los deberes hechos y, de ganar, empezarán a asegurar una de las plazas con pedrea europea de la Liga de las Estrellas.
Ser séptimos en nuestra liga equivale en muchas ocasiones a pasear el palmito por Europa y los blanquiazules, pese a sus problemas económicos para confeccionar una plantilla competitiva en tres competiciones, necesitan dar un puñetazo en la mesa del ínclito Platini.
Lo que ocurre es que a los chicos de Javi Gracia, y al club costasoleño en general, no se le dan demasiado bien los colistas. De no ser así, la extraordinaria temporada malaguista estaría jalonada por un puesto europeo del cuarto al quinto en la clasificación y la agradable sorpresa como equipo revelación del campeonato tendría ya un merecido premio.
Es el fin de semana en el que se cumplen dos años de la clasificación a los cuartos de final de la Champions League con el partidazo de Isco -ese día James Rodríguez fue suplente en el Oporto-, y el gol definitivo de Roque Santa Cruz. Aunque sólo sea por la efeméride, los chavales deben dejarse el alma y dejar atrás el mal sabor de boca del envite en el nuevo Los Cármenes. La oportunidad la pintan calva, a ver si en esta ocasión es posible.
Postdata: Al Thani, presidente blanquiazul, debe irse ya y lo sabe, o al menos dar un paso atrás definitivo
en su nefasta gestión del club.
