@CesarRadioMARCA | El jeque Al Thani se va del Málaga y de Málaga. Ahora parece que de forma definitiva. Dice que no ha encontrado respeto, ni aprecio ni un trato igualitario. Debe ser que la glorieta con su nombre no ha servido para iniciar esa nueva era de inversiones de la que hablaba días antes de su vuelta a la ciudad. Eso para él no es bastante aprecio, tenían que haberle dado una avenida entera o incluso ponerle su nombre a La Rosaleda. Y debe ser que el cariño y la ovación que le dieron los aficionados en el último partido de Liga cuando bajó al césped tampoco es suficiente para compensar la falta de respeto que él denuncia que ha tenido por parte de las instituciones.
El caso es que el Sheikh ya avisó hace dos semanas que esto podría suceder. Y el que avisa no es traidor, dicen. Pero no sé cómo podemos considerar entonces lo que está haciendo ahora mismo con el club, con el corazón blanquiazul de la afición, con el sentimiento malaguista del que tanto ha alardeado desde su llegada a pesar de los últimos dos años de total abandono.
Una pena, de verdad. Para alguien que, por fin, y en tiempo de crisis, decide invertir en el club, en la ciudad y en la provincia; para alguien que quiere ayudarnos a ser más grandes y que nos lleva a codearnos con la elite de Europa en la Champions, se le torpedea hasta acabar jodiéndole. Está claro que no puede llegar, poner el dinero y hacer lo que le venga en gana. Por suerte o por desgracia, en España no se funciona así. Pero digo yo que las cosas se podrían haber acelerado mucho más para que, después de cuatro años, estuviera todo arreglado. Aun así, tampoco tiene justificación que haya dejado al equipo, al club, de la mano de Dios, o de Alá, según se mire.
Lo curioso del asunto es que el anuncio de su marcha llega apenas horas después de que el Ayuntamiento de Málaga confirmara la expropiación de los últimos terrenos de Arraijanal que quedaban en manos privadas para, de esa manera, una vez vuelvan a ser municipales, poder construir tanto la Academia como el parque metropolitano. Esto último es responsabilidad de la Junta de Andalucía; pero la Ciudad Deportiva es del Málaga, del jeque. Vamos, que una vez que todo el papeleo estaba resuelto, después de unos eternos cuatro años, Al Thani ya podía construir previa suelta de la pasta. Y va a ser que no. Que no pone un céntimo más. Que la nueva era de inversiones se ha quedado nuevamente en el olvido. Que se va para no volver.
El alcalde, raudo y veloz, ha programado una rueda de prensa al mediodía. A ver si ahora él también se enfada y le quita la glorieta… Pero más allá de bromas, la situación se torna complicada. Porque la pregunta siguiente es: “y si se marcha, ¿qué pasa con el club? ¿lo vende?”… La respuesta sólo la tiene el jeque… y me da que no la va a contestar, al menos de momento.