A finales de la pasada temporada me decía Weligton en una entrevista que había clubes que le habían ofrecido tres temporadas de contrato y que, a su edad, era algo casi irrechazable. Argumentaba que, en el caso de tener una mala campaña, ya fuera porque el nuevo entrenador no contara con él o porque las lesiones no le respetaran, al menos tendría un contrato garantizado que le daría tranquilidad a él y a los suyos.
En el Málaga se pusieron las pilas y le renovaron hasta el 30 de junio de 2015 con opción a dos años más. La felicidad en Weligton, en su familia y en la malaguista eran enormes. Por el lado personal, por continuar en `su` club; por el otro, asegurarse el club el concurso de uno de los futbolistas más emblemáticos de la plantilla y que más regularidad ha mostrado desde su llegada allá por los tiempos de Segunda división.
Por desgracia, la temporada no ha ido como se esperaba y aquellos temores del brasileño-boquerón se han hecho realidad. El central no ha podido apenas ayudar a sus compañeros a superar esta difícil temporada. Las lesiones le han traído por la calle de la amargura y sólo ha podido actuar en 14 partidos. Y los que le conocemos de tantos años sabemos que no lo ha pasado, que no lo está pasando nada bien.
Está claro que la edad no perdona a nadie, pero hay quienes por su físico, por su condición, pueden prolongar su carrera más que otros. Creo, sinceramente, que es el caso de Weligton. Cuando comience la próxima temporada estará a días de cumplir los 35 años. Pero la empezará como si tuviese diez años menos. Y la ilusión, el hambre de fútbol es un factor clave para garantizar un buen rendimiento. Por eso considero que Weligton será uno de los grandes fichajes del Málaga para la próxima temporada. No hay hoy en día un mejor central para un club como el blanquiazul que el de Fernandópolis. Y si cumple con lo espero, seguro que su etapa en La Rosaleda se extenderá hasta el 2017.