Pues va a ser que, al final, el Málaga logrará el objetivo menor esta temporada, la permanencia. Frente al Real Betis los malaguistas lo cuadraron para lograr un triunfo que, inesperado tal y como se desarrolló el encuentro, fue muy importante para sellar buena parte de los números necesarios para no descender de categoría. Ahora es fundamental ganar al Granada y dejar resuelta la papeleta.
Los dirigentes siempre hablaron de poder luchar las últimas jornadas por la clasificación europea si se daba el caso. Y resulta evidente que no habrá caso posible. Sin embargo, eso no preocupa a la afición malaguista, que hace mes y medio se veía más cerca del descenso que de la permanencia. Lo que sí preocupa, y mucho, es la planificación de la próxima campaña liguera.
Da la sensación de que sin un euro desde Catar será complicado ilusionar de nuevo a la parroquia. El `milagro` de Sevilla da un respiro aunque no será suficiente a largo plazo. Y si esto no cambia y los proyectos son tan erróneos y aberrantes como el que ahora finaliza, las gradas de La Rosaleda volverán a vaciarse.
Y el que avisa no es traidor.
