@SuarezRMarca | Ya empieza a ser muy preocupante que el Unicaja sea incapaz, no ya de ganar partidos, sino de competir en muchas fases de los mismos. Y no valen esta vez excusas de cansancio, de viajes, de lesiones. Porque no hubo nada de eso después del parón en la Eurocup. Han tenido más tiempo que nunca para entrenar, para preparar cosas, para ensayar jugadas… pero a la hora de la verdad, otra decepción más, en esta ocasión en Burgos ante un San Pablo que se acerca a la Copa del Rey y que ya le saca dos victorias de ventaja a los de Luis Casimiro.
El técnico no da con la tecla. Sus rotaciones no funcionan, sus instrucciones parece no entenderlas nadie en la plantilla. Y los jugadores están erráticos, sin acierto en el tiro, abusando de las individualidades cuando se ven por detrás en el marcador y, a veces, con frecuencia, baja la intensidad a unos niveles vergonzosos.
En Burgos, un segundo cuarto nefasto (26-14) fue suficiente para los locales para acabar con la resistencia de los verdes. Claro que ayuda un montón cuando estos acumularon ¡21 pérdidas! de balón y permitieron 14 rebotes ofensivos. La teoría la sabían: evitar sus contragolpes y cerrar el aro propio. Ni una cosa ni la otra.
Con 43-27 se llegó al descanso, pero allí no se reactivó ninguno. Seguía haciendo pupa el ex cajista Augusto Lima con sus rebotes, 12 (7 ofensivos). También Stevic, inmaculado en sus tiros de campo (6/6). Y por momentos, Benite y Fitipaldo, metiendo triples. En el Unicaja, sólo los dos de siempre, Alberto Díaz y Carlos Suárez daban la talla. También acompañaba, más en números, Deon Thompson, que acabaría con 13 puntos y 4 rebotes. El resto, en especial un horrible Toupane (-7 de valoración y 0/8 en tiros de campo), también Adams, missing.
Así era imposible remontar. Y así fueron pasando los minutos hasta que el San Pablo Burgos se anotó un merecido triunfo ante un Unicaja que, o mejora bien pronto de manera radical, o va a completar una temporada decepcionante.