@JuanjeFernandez || Juan Ramón López Muñiz vive las horas mas bajas de sus tercera etapa en el banquillo malaguista. Solo había que ver el rostro del asturiano en sala de prensa y en su salida hacia el autobús blanquiazul que dejó a sus jugadores de nuevo en La Rosaleda. Al preparador de los malacitanos no le salió absolutamente nada durante el duelo de Los Cármenes. Falló en el planteamiento inicial, encajando gol a los cinco minutos; falló en los cambios, que no aportaron nada con la enésima entrada estéril de Seleznov al terreno de juego, y acabó cediendo ante otro rival directo al grito de Muñiz vete ya por parte de una amplia parte de los aficionados malagueños que se desplazaron a Los Cármenes.
La situación empieza a ser complicada para el técnico blanquiazul. Tras la derrota de ayer ha quedado más debilitado que nunca de cara a la afición y ya no son pocos los que ven con buenos ojos su marcha. En el Málaga de momento prefieren tener paciencia y se miran en el espejo de otros clubes que destituyeron a sus entrenadores estando en play-off y que tras ello se quedaron finalmente sin opciones ninguna al ascenso, algo que le ocurrió al propio Granada la temporada pasada con la marcha de Oltra.
Todo lo que le pudo salir mal a Muñiz le salió horrible en Granada. Después de una primera parte donde los malaguistas no consiguieron ni acercarse a la portería de Rui Silva entraron al terreno de juego Mula y Seleznov. El asturiano retiró del campo a un Alejo voluntarioso pero muy desacertado y a Keidi Bare. El cambió en el mediocentro se volvió en contra del entrenador nada más comenzar el segundo tiempo con la expulsión de un reincidente N’Diaye, que sí tenía una amarilla del primer acto, que dejó a su equipo con diez. Seleznov volvió a ser un cero a la izquierda y la grada acabó pidiendo a Cifu, que curiosamente, fue el que más peligro llevó en los minutos finales.
