@SuarezRMarca | Era un encuentro vital, de los que marcan a sangre y fuego el futuro de un equipo, de los que hay que ganar por lo civil o por lo criminal. Por eso es más incomprensible si cabe que ante 3.000 malaguistas que se habían desplazado a Granada a animar a los suyos el equipo salga con una torrija típica en Semana Santa pero no en un terreno de juego. A los cuatro minutos Antonio Puertas ya había puesto por delante a los suyos y de manera definitiva. Ganó la partida a Ricca en el segundo palo y aprovechó un sensacional centro de Fede Vico para estrenar el marcador. Ya no se movería más el electrónico porque tampoco los de Diego Martínez andan sobrados de argumentos ofensivos. Pero con eso fue suficiente. Porque el Málaga casi ni probó a Rui Silva, lo que tiene más pecado aún.
Cierto que se puso aún mucho más cuesta arriba cuando Trujillo Suárez expulsó a N'Diaye tras enseñarle, apenas minuto y medio después de reanudarse el encuentro, la segunda amarilla por un plantillazo. Con diez, con espacios para correr, parecía que sería cuestión de tiempo que llegase el segundo de los rojiblancos. Llegó en fuera de juego, para fortuna de un Málaga que, aunque sólo fuera por orgullo, jugó mejor en inferioridad. Ontiveros, que se pegó una paliza en defensa, aún sacó fuerzas para encarar contrarios y sacar de quicio a todo el que se le acercase. Los cambios de Muñiz también surtieron efecto para aproximarse a los dominios nazaríes. Cifu mejoró a Iván Rodríguez, Mula se echó el equipo a su espalda como medio centro y Seleznov… bueno, Seleznov mejoró su rendimiento con respecto a otros partidos, que tampoco era tan difícil.
Pero no hubo manera. Todos los intentos malacitanos morían antes de llegar a su destino. Como si las faldas de la Alhambra fueran un muro inexpugnable. Ahí se hicieron gigantes Germán y Martínez para imponerse en las alturas a Blanco Leschuk, negado el argentino para todo. Ese vuelco en ataque de los de Muñiz dejaba espacios para la contra golosos para los Puertas, Vadillo, Vico y compañía. Pero tampoco andaban muy sobrados de ideas. Adrián Ramos es la sombra de lo que algún día pudo ser cuando jugaba en Dortmund. Y el bajón físico del resto fue notorio incluso a pesar de la entrada de hombres de refresco. Por ahí se libró el Málaga de un resultado más abultado.
En todo caso, de nada servía perder por 1-0 o más. El marcador le castiga tan severamente que el ascenso directo se ha alejado a seis puntos más el goal average y que hay que empezar a preocuparse mucho más de asegurar el playoff porque los rivales ya están a solo un punto. Y menos mal que el Deportivo también falló. Mal de muchos, consuelo…
GRANADA: Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Martínez, Quini; Montoro (Azeez, 67’), Fede San Emeterio; Antonio Puertas, Fede Vico, Dani Ojeda (Vadillo, 62’); Adrián Ramos (Rodri, 76’)
MÁLAGA: Munir; Iván Rodríguez (Cifu, 58’), Luis Hernández, Pau Torres, Ricca; Keidi Bare (Seleznov, 46’), N’Diaye; Iván Alejo (Mula, 46’), Adrián, Ontiveros; Blanco Leschuk.
ÁRBITRO: Trujillo Suárez (comité canario).
GOL: 1-0, min. 4: Antonio Puertas se adelanta a Ricca y remata un centro desde la izquierda.