@Carloshernando_ | En el Domingo de Resurrección tuvo lugar el milagro, al menos el principio de ello. El Málaga por fin ganó un partido después del último logro en Anoeta el 10 de diciembre, allá por la jornada 15. En el capítulo 30 de esta pesadilla, los de José González consiguieron sumar de nuevo tres puntos contra un desdibujado Villarreal en La Rosaleda.
No fue fácil, aunque Roberto no apareció en escena tanto como en otras ocasiones. El gol del Chory Castro desde los once metros volvió a esbozar sonrisas en los rostros de los malaguistas, que se frotaban los ojos y pellizcaban una piel magullada de heridas que cicatrizaron al ver a los suyos triunfar sobre el verde. Era la cuarta victoria de la temporada y el cuarto gol del uruguayo.
El 'charrúa' se ha convertido en el pichichi del equipo blanquiazul, tarea que no era complicada por los pocos tantos que se han vivido en este curso. El '11' reventó el balón desde el punto de penalti y rompió el trono que compartía con Rolan, autor de la pena máxima. Podían ser cinco sus conquistas si se hubiesen impuesto los galones en San Mamés y no la insensatez de En-Nesyri, que fue un héroe abriendo el marcador y villano con su expulsión.
Cuando el sudamericano marca, Martiricos es feliz. Sus goles significan victorias en la mayoría de los casos, salvo en el Bernabéu, donde nadie entendió cómo no subió el cabezazo de Baysse, ya prestando servicios en otras guerras. Las aportaciones del uruguayo en el área rival son sinónimos de puntos, sumando nueve puntos de 17 que lleva un colista que sueña, aunque sea tarde, con el milagro. Ya ha resucitado, ahora tiene que dar los primeros pasos. Riazor es la primera parada.
Respecto a otros clubes, el jugador blanquiazul tiene a tiro a otros máximos anotadores como la tripleta hispalense formada por Sarabia, Muriel y Ben Yedder con seis dianas, al igual que el albiazul Munir o el rumano Andone. El levantinista Morales está aun más cerca con cinco chicharros, al igual que Gabriel Pires, uno de los capitanes del Leganés.
