@SuarezRMarca | El Unicaja se ha despedido virtualmente de cualquier posibilidad de alcanzar el Top8 tras perder con rotundidad en Moscú ante un CSKA que ha demostrado el porqué de su indiscutible liderato en la Euroliga. Los rusos, que habían anotado 50 puntos en apenas 15 minutos de partido y que firmaron un 60 % de acierto en tiros de campo, bajaron su intensidad defensiva en la recta final del segundo cuarto ante la falta de competitividad de los malagueños. No les hacía falta mayor esfuerzo para apuntarse una fácil victoria que les asegurara aún más el factor cancha en los cruces.
Y es que sin Shermadini -lesionado para dos meses-, con los minutos limitados en cancha de un Augustine mermado pero que fue el mejor de los suyos y con la preocupante bisoñez de Okouo, el Unicaja apenas pudo competir en la cancha del líder continental.
Algo que se vio muy pronto, en cuanto Kurbanov puso la directa hacia la canasta visitante y anotó los primeros 7 puntos de los suyos sin fallo. Junto a él, Sergio Rodríguez empequeñecía a McCallum y a Alberto Díaz. El chachismo ilustrado volvió a dejar en evidencia que él juega dos velocidades por encima del resto. Tuvo que recurrir antes de lo pactado Plaza a Augustine cuando sólo habían transcurrido 4 minutos. La segunda personal de Okouo obligó a ello. El americano se puso el mono de trabajo a pesar de su físico y se marchó al descanso con 10 puntos como máximo anotador de un choque que llegaron a ir perdiendo los de Plaza de 23 (50-27) y que maquillaron antes de ir al vestuario para colocar un más honroso 57-43.
Pero era de esperar que si los cajistas se acercaban en el electrónico los rusos volvieran a acelerar. Clyburn fue el primero en detectar dónde estaban los problemas rivales. Defendido -aunque eso es un decir- por Nedovic, primero, y por Salin, después, el alero se los llevó al poste bajo y ahí dio un recital de movimientos en la zona. Acabó con 13 puntos y 6 rebotes y porque Itoudis no quiso forzarle.
Pero cuando Clyburn se fue a descansar, apareció el que faltaba, el otro director de orquesta del CSKA, Nando de Colo, que dio un recital de cómo lanzar a canasta, con tiros abiertos o con el rival encima. Daba igual. 23 puntos, (4/4 en tiros de dos, 5/6 en triples) en sólo 17 minutos sobre el parquet fueron suficientes para llevar la ventaja a una máxima de 29.
En el Unicaja ya habían dado hace mucho el encuentro por perdido y Plaza pensaba más en el choque del domingo ante el Guipúzcoa, dando minutos a Okouo, Soluade o un Dani Díez que maquilló sus números cuando ya poco importaba.
Al final, con un mate de Rudd con el que los locales superaban los 100 puntos y con un robo de Sergio Rodríguez finalizó un duelo muy desigual que condena al Unicaja a luchar sólo por la décima plaza.