CRECIDO ANTE LOS GRANDES (82-78)

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Alen Omic celebra el triunfo del Unicaja || ACBPhoto

@SuarezRMarca | Si Alberto Díaz no existiera, el Unicaja tendría que inventarlo. No será el que tenga más calidad de la plantilla, pero sí es el que exhibe más corazón, más ilusión, más intensidad. Y con el pelirrojo en acción, sus compañeros se hacen mejores. Porque saben que tienen alguien que les puede dejar mal si no se dejan también la piel. Y si Alberto está acompañado por la exquisita clase de Nedovic (25 puntos), por la energía de Brooks y por el ímpetu de Suárez, entonces los verdes pueden tratar de tú a tú a cualquiera. Aunque enfrente esté el gran dominador de Europa, el Real Madrid.

 

Tiene mérito el Unicaja porque después de la deplorable imagen en Zagreb, jugar como lo hizo ante el líder de la ACB no es fácil. Y menos aún cuando los de Pablo Laso salieron enchufados en el primer cuarto. Sin mucho acierto exterior, con un Rudy muy fallón, pero con Llull y Randolph a lo suyo, el Madrid fue casi siempre por encima en el marcador, con ventajas que nunca superaban los 5 puntos. Brooks, que finalizaría con 16 puntos y 9 rebotes, mantenía a los suyos en el choque, que se fue al segundo cuarto con 19-21.

 

Apenas sumaba por aquel entonces un minuto en cancha Alberto Díaz. Pero no le hizo falta demasiado tiempo más para calentar su muñeca y meter una marcha más en defensa. Casi tres minutos tardó el Madrid en anotar sus primeros puntos en el segundo cuarto. Sólo dos minutos más esperó el base malagueño para anotar de forma casi consecutiva 10 puntos, todos los que anotó en el choque. No le hizo falta más. Fue cuando el Carpena -lleno a reventar como en las mejores ocasiones- se puso en pie para corear su nombre. La ventaja ascendía a +7 y aunque el líder no se daba por vencido y firmaba un parcial de 0-6, al descanso se llegó con 40-36.

 

Tras la reanudación, la exhibición local no tuvo fin. Un triple de Nedovic, un mate de Musli, un triple de Brooks, otro de Waczynski y un 11-0 de inicio que hacía soñar a una marea verde que se frotaba los ojos ante semejante espectáculo. 16 arriba ante los blancos (56-38) parecía mucha ventaja. Pero la casta del campeón se mide porque nunca dan su brazo a torcer, y menos con gente del carácter de Nocioni en pista. El argentino comandó con dos triples un parcial de 2-13 que volvió a meterles en el partido.

 

Se presentaba un último cuarto más que apasionante, a vida o muerte. Un ensayo de lo que serán las eliminatorias de la Copa del Rey. Y ahí volvieron a aparecer Nedovic y Brooks para liderar a un Unicaja que sufrió al final, pero que terminó sonriendo y haciendo disfrutar a los suyos con un gran triunfo por 82-78. Lo necesitaban Plaza y sus chicos, sobre todo pensando en el enfrentamiento contra el Barça del próximo viernes. Si juegan así, la semifinal ya no será una quimera.

 

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