DE RIDÍCULO EN RIDÍCULO (86-62)

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El Unicaja no ha tenido ninguna opción para superar al Valencia Basket

@SuarezRMarca | Un oasis en el desierto de la humillación. Eso es lo que fue para el Unicaja el inicio del partido ante el Valencia Basket. Ese encuentro en el que no sólo estaba obligado a ganar sino también a hacerlo por más de 8 puntos para superar a los taronja en el basket average y soñar con llegar a cuartos de final con ventaja de campo. Pero no. Los de Plaza volvieron a decepcionar y a llevarse una sonrojante derrota ante un rival mucho mejor preparado y que le ha vuelto a demostrar a los malagueños cómo se afronta un duelo a priori igualado.

 

Y mira que los verdes comenzaron bien, con una ventaja que incluso llegó a rozar la decena. Pero nada. Fue un espejismo porque enseguida los de Martínez se pusieron el mono de trabajo para anular la diferencia y alcanzar el primer cuarto igualados a 18. Un equilibrio que no tardaría en romperse del lado local con un parcial de 7-0. Sólo Alberto Díaz, otra vez él, fue capaz de tirar de amor propio para impedir que el choque se rompiera antes de llegar al descanso. Porque Nedovic, Jamar Smith o Fogg tuvieron un día horrible en el tiro. Pero el pelirrojo no es suficiente por sí solo y el segundo cuarto finalizó con los valencianos dominando sin excesivos problemas (42-34). 

 

Era de esperar, por necesaria y por narices, una reacción del Unicaja tras el paso por vestuarios. Pero si el segundo cuarto fue malo, el tercero -otra vez el tercero- fue pésimo. La defensa de los de Plaza hacía aguas por todas partes, permitiendo tiros cómodos y penetraciones como si se tratase de un peaje sin barreras. Así se explican los 27 puntos encajados en apenas 10 minutos, lo que hizo que la victoria ya estuviera más que encarrilada para los valencianos antes de entrar en el último cuarto. 

 

Ya no había nada que hacer salvo acabar de la manera más digna posible. Pero ni por esas despertaron en el Unicaja. Les da igual. Como a la directiva, que sigue sin reaccionar. En este club nunca pasa nada. Y lo poco bueno que hay ya se encargan demasiados candidatos de querer aparecer en la foto y terminar fastidiándola. Así que con mucha pena, con mucho sonrojo, con demasiada humillación acabó un partido ante un Valencia que no quiso hacer más leña del árbol caído. Y aun así, sin mucho esfuerzo, se llevó una ventaja de 24, ahora mismo la que existe en la cancha entre un equipo y otro. Y no es cuestión de presupuestos sino de amor propio y de creencia en lo que se hace. 

 

 

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