Plaza pidió a la afición que no pitase a la Euroliga, pero la marea verde tiene su propio criterio y no dudó en tirar de ingenio para demostrar su más enérgica protesta ante la exclusión del nuevo proyecto de competición continental. Todo acompañado de una pitada monumental tanto al principio del encuentro ante el CSKA, en el que el himno I Feel Devotion apenas se pudo escuchar, como al final.