@SuarezRMarca | Un gol le hacía falta al Málaga, uno solo, para eliminar al Mirandés y pasar a octavos de final de la Copa del Rey. Pero una vez más demostró su impotencia ante la portería rival, su incapacidad manifiesta para rematar con precisión y calidad. Y por eso no pudo celebrar ni un solo gol a pesar de gozar de hasta cuatro ocasiones en la primera parte que hasta un niño con los ojos vendados no fallaría.
Esos errores, unidos a la marcha de Camacho al iniciarse la segunda mitad, acabaron con el Málaga. Sorprendentemente, porque había jugadores que tenían que ganarse el pan y que prefirieron pergarse un tiro en el pie. Y ante esa situación el Mirandés se lo creyó y se creció. Y tanto lo hizo que en un error de Horta en el pase, el balón le quedó a Álex García. Lo hizo sencillo, como los extremos auténticos, llegando a línea de fondo y centrando al área pequeña. Allí se vieron todas las carencias de Albentosa y de Filipenko, y la fobia de Ochoa a salir del marco. Lago Junior no tuvo miedo. Gol y eliminatoria resuelta.
Y ridículo espantoso también el del Málaga y el de sus futbolistas, que dieron la razón a Gracia por no darles minutos en Liga e hicieron incluso méritos para marcharse en el mercado invernal. Un nuevo fracaso que apuntar a un equipo carente de ideas ofensivas y que ha quedado retratado ante un Segunda división que tuvo más amor propio y más calidad para irse de Copas. El Mirandés estará en octavos, el Málaga… en las nubes echando la culpa a la mala suerte.
