@JuanjeFernandez || El Atlético Malagueño se ha visto superado por un gran Vélez en la mañana de hoy sobre el maltrecho césped de la Federación Malagueña de Fútbol. Los blanquiazules fueron fieles a su estilo e intentaron llevar el control del partido, no contaban los de Ruano con el gran planteamiento de Lucas Cazorla que supo llevar el choque al terreno de los axárquicos y dejar muy encarrilado el encuentro antes del descanso. La victoria, por un gol a tres, deja al Vélez como líder solitario del grupo IX de Tercera División disputadas ya diez jornadas del campeonato.
El inicio del partido fue bueno para los malaguistas. Kuki y Ontiveros aparecían en cada jugada de ataque local y los primeros sustos se los llevó Francis el guardameta veleño. Sin embargo, el primer gol no tardó en llegar. A los ocho minutos Alex Pulga cruzó un balón a la espalda de Iván y Vergara no dudó ante Aarón. El miedo invadió el cuerpo de los chavales de Ruano que unos segundos después estuvieron a punto de encajar el segundo. Emilio Guerra falló y dejó respirar un poco más a los locales. Los veleños buscaban continuamente la espalda de los defensores malaguistas con unos contraataques de manual que terminaban siempre en peligro para los veleños. Cuando el filial mejoró algo y se asentó, llegó el segundo mazazo para los de Ruano. Un saque de esquina botado por Pulga, fue peinado por Emilio Guerra y remachado a la red por Oli en el segundo palo, era el minuto 44 y el gol fue insuperable ya para el filial.
En la segunda parte Ruano buscó la calidad y la velocidad de Mauri, pero el Vélez ya tenía aprendida la lección de otras temporadas. El equipo de Cazorla defendió bien y optimizó su juego para no gastar energías. El Malagueño lo intentaba sin suerte y Ontiveros era el que tiraba del carro de los boquerones. La mayoría de las jugadas finalizaban con disparos lejanos que no suponían ningún problema para Francis. Para colmo de los malaguistas Diego volvió a aprovechar un despiste defensivo en el minuto 78 para empujar a place un pase de Vergara. En la siguiente jugada Mikel Villanueva acortó distancias con un cabezazo en un saque de esquina, pero el dos en la quiniela ya no se movería.