@JuanjeFernandez || La clasificación en la jornada siete de Liga es totalmente anecdótica, pero por si acaso el Málaga terminó la séptima jornada del campeonato nacional en decimoséptima posición, algo que le permitirá pasar el parón fuera de los puestos calientes que te mandan directamente al pozo de la Segunda división. El equipo blanquiazul cayó al descenso tras la derrota en Getafe. El gol tempranero de Scepovic mandó a la lona a los malaguistas en el Coliseum y al fondo de la fila en la clasificación. Era la jornada cuatro y los malaguistas se situaron en el 18º puesto.
Sin tiempo para descansar llegó el partido ante el Villarreal. La situación era tensa y la derrota ante los amarillos no ayudó. Ver a Castillejo y Samu vestidos con la camiseta de otro equipo abrió la herida de los recuerdos y los malaguistas despidieron el partido con pitos al equipo y en gran parte a la directiva por la mala gestión realizada en el verano. El empate del Levante colocó a los malaguistas en penúltima posición, algo que no ocurría desde el primer año de Pellegrini en el banquillo de Martiricos.
El empate en el Santiago Bernabeu animó la moral de los hombres de Javi Gracia, pero no sirvió para que los malaguistas dejasen la zona roja de la tabla. La buena imagen dada ante los hombres de Rafa Benítez fue la primera piedra de la victoria ante la Real Sociedad. Tres puntos que han servido para romper la negativa racha goleadora y para situar a los blanquiazules por encima de Levante, Granada y Las Palmas. El propio Gracia lo confesó: “Estábamos con el agua por encima de la cabeza, ahora esta victoria nos permite respirar. Es un resultado importante que nos deja acabar con una mala racha de resultados y de goles y creo que nos va a liberar para poder ser el equipo que en realidad somos”, explicó el navarro al final del partido ante los donostiarras.
