@SuarezRMarca | Que los polos opuestos se atraen también tiene su razón de ser en el fútbol, en general, y en el Málaga, más en concreto. Es cierto que es común ver que equipos muy ofensivos, que suelen marcar una gran cantidad de goles, también encajan, por ese carácter, más goles de los que deberían. En encontrar el equilibrio está el premio de ganar el título en juego o la clasificación para Europa.
Menos común, sin embargo, es lo que le ocurre al Málaga. Es el peor equipo de las grandes ligas europeas en el aspecto ofensivo. De hecho, es el único equipo que aún no sabe lo que es marcar un gol a favor, rompiendo los registros del Xerez, que tardó cinco jornadas. Ya llevamos seis y los de Gracia aún no han perforado la meta contraria, al menos de manera legal para los árbitros. El 0 en el casillero de tantos a favor escuece y mucho.
Pero como decíamos, en el Málaga conviven el yin y el yang, el bien y el mal del deporte. Porque si los delanteros están en el punto de mira por su pésima racha, el sistema defensivo está por las nubes. O más bien su portero, Carlos Kameni, elevado a los altares del balompié español. Su prodigiosa actuación en el Bernabeu no ha hecho más que contrastar que el camerunés está viviendo un momento idílico, el mejor de sus últimos años de carrera. Y eso se refleja en que los blanquiazules sólo han encajado tres goles en seis partidos. Y eso que ya han jugado contra Sevilla, Barcelona, Villarreal y Real Madrid. Ahí es nada.
Es, tras el Real Madrid -sólo un gol en contra- y el Valencia -sólo dos-, el equipo menos goleado de la Liga. De seguir con esta media acabaría el campeonato con apenas 19 en contra.
La cuestión ahora es ver cómo alcanza el imprescindible equilibrio este Málaga del yin y el yang. Mantener la portería a cero es una gran virtud, pero para ganar es vital empezar a marcar lo antes posible. Sólo con empates no se salva nadie.