EL MÁLAGA RESUCITA A LOS MUERTOS (1-0)

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Juanmi

@CesarRadioMARCA | El Málaga ya se puede olvidar de la sexta plaza. Por mucho trabajo mental que haya intentado Gracia, por muchos cambios -hasta 5- que introdujera en Ipurúa, los blanquiazules son un bálsamo para cualquier equipo de la zona baja de la tabla. Aquello de 'despierta a los muertos' es una realidad cruel pero cierta. Ya no es casualidad que se pierda en Granada, en Vallecas y en Eibar, y con los mismos problemas. 

 

A pesar de que el inicio fue esperanzador, tan solo duró 10 minutos. El Eibar, sin hacer demasiado porque tampoco lo tiene y los nervios le atenazaban, fue poco a poco imponiéndose por su voluntad de querer algo más. Le anularon incluso un gol legal y tuvo más acercamientos a la meta de Kameni. 

 

En el Málaga, Recio no daba una y Tissone no está para construir. Juanpi, el tercero en discordia, anduvo perdido entre líneas sin saber si atacar o defender. Y sin centro del campo, de nada servían los de arriba. Javi Guerra no disparó ni una sola vez y Juanmi y Horta estuvieron anulados por completo. 

 

 

Se esperaba una reacción en la segunda mitad, pero Gracia no movió el banquillo hasta que Arruabarrena anotó el primero tras marcharse fácilmente de la marca de Angeleri en un córner. Todos se fueron al primer palo y nadie se quedó en el segundo. Sin embargo, ni Samuel ni Amrabat surtieron el efecto oportuno. 

 

De ahí hacia el final, con media hora por delante, el Málaga adelantó líneas pero sin precisión. La ansiedad hacía acto de presencia en cada jugada ofensiva de los visitantes, mientras el Eibar se relamía con la posibilidad de disfrutar de espacios. Así pudo llegar el segundo de los azulgrana, con Capa rompiendo a Weligton y Kameni haciendo de leopardo para salvar el tanto. 

 

Sí que se puede lamentar el penalty clarísimo no pitado a Juanmi con 1-0 en contra, pero la verdad es que ni por esas puede echarle la culpa el Málaga al árbitro. Perdió porque se lo mereció, porque parece disfrutar en el papel de médico salvador de los muertos. El Eibar lo era y resucitó. El problema es que, de tan desprendido que son los blanquiazules, cuando se den cuenta verán la gran oportunidad perdida para realizar un año histórico.