Otra vez el Málaga perdió un partido en los últimos segundos cuando se daba por bueno el empate. Es lo que ocurre cuando te dedicas a defender durante la mayor parte del partido. Una vez más, se demuestra que el equipo carece de argumentos ofensivos que hagan pensar en la más remota posibilidad de la victoria. Sucedió en Oviedo, y volvió a pasar esta vez en El Alcoraz. La crueldad del fútbol se ceba con el Málaga, pero, seamos realistas, cuando tus argumentos son escasos, lo más probable es que pase lo que estamos viendo, y lo que nos queda por sufrir…
Lo que se vio en Huesca no es diferente a lo que ya hemos visto esta temporada y si me apuran, durante la pasada también. Muchos malaguistas esperaban que Nuestro Padre Jesús Cautivo, y que me perdonen el resto de Hermandades que procesionan este Lunes Santo, se encargara de obrar el milagro en forma de victoria malaguista, pero se ve que el Cautivo tiene muchas peticiones más importantes que la de enmendar los errores que se encadenan en todos los estamentos de La Rosaleda. Errores de los jugadores en el terreno de juego donde desesperan al más forofo, con acciones incomprensibles en profesionales. Errores del entrenador que no encuentra ni el sistema, ni los futbolistas con los que acabar con la sangría de resultados, y que ve como su crédito se va agotando. Y los errores más graves, los cometidos por los dirigentes con el administrador judicial a la cabeza, que han dejado a un equipo debilitado, al que no quisieron reforzar pese a que el diagnóstico se sabía desde hacía tiempo y que delataba que este Málaga necesitaba medicación en forma de delanteros con gol, de alguien capacitado para la creación del juego y de apuntalar una defensa ‘blandita’ en los momentos determinantes como pasó en Huesca.
Algunos se consolarán porque el Eldense no fue capaz de ganar al Sporting, manteniendo el descenso a tres puntos de distancia, pero faltan siete jornadas por disputarse, y no veo al equipo capacitado para ganar a ningún rival con su actual estado de forma. No hay desbordes, no hay capacidad de sorprender a las defensas rivales, el juego se caracteriza por los pelotazos en largo de los centrales que siempre obligan a los delanteros a jugar de espaldas a la portería rival. Lo dicho, este Málaga tiene más esperanzas puestas en que el Cautivo haga que los rivales pierdan a que se produzca el milagro de la victoria.
Dicho todo esto, quizá tengamos que escuchar de nuevo al director general del club, Kike Pérez, achacar a la mala suerte la realidad a la que tanto él como sus colegas en la dirección, han abocado al club. Pérez dijo que la confianza en el técnico y los jugadores era máxima, pero la marcha del equipo está provocando que los cimientos de La Rosaleda tiemblen cada vez más. La realidad es que la confianza es nula en el Sr. Pérez y menor aún en sus compañeros a los que achacar este desastre: los señores Muñoz y Juarros.
La única esperanza real que nos queda es que de una vez por todas se acabe este tormento llamado administración judicial que ha descapitalizado al club, que nos llevó a la Primera Federación de la que se salió de milagro, y que, en la actualidad, lleva al club a coquetear de nuevo con el descenso por la incompetencia de los señores Muñoz, Pérez y Juarros, junto a la connivencia de la jueza, María de los Ángeles Ruiz.
Acabo refiriéndome a los últimos movimientos que se vienen registrando en torno a una posible compra de la entidad, unido a los mensajes enigmáticos de Abdullah al Thani, lo que hace pensar que, de una vez por todas, la venta del club va a ser una realidad más pronto que tarde. No es que crea firmemente en que esta sea la solución a los males, pero no me queda otra que tener fe en algo. Espero que este año horrible acabe con la permanencia del equipo, y apelo a lo divino porque lo humano no inspira ninguna confianza.
Disfruten de la Semana Santa, que para sufrir ya tenemos al Málaga.
José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga
Lo ideal sería que una potencia económica comprara el club. Liquidara completamente al cuerpo técnico, la totalidad de la plantilla y a todos los dirigentes ( Sres, Muñoz, Kike Pérez y Loren Juarros, es decir borrón y cuenta nueva. Pero nos caerá esa breva ?