Pepe Mel se despedirá del banquillo del Tenerife este domingo. En Burgos dirigirá su último partido como blanquiazul sea cual sea el resultado. El técnico madrileño, que solo ha conquistado un punto sobre 21 posibles lejos del Heliodoro, manifestó tras caer ante el Huesca que asumía su adiós. «Yo entendería que me lleve la corriente y que mi situación no es nada halagüeña», dijo Pepe Mel nada más acabar el partido que enfrentó al Tenerife al Huesca (1-0) en El Alcoraz.
A ello, el técnico madrileño apuntaló: «Tengo que entrenar mañana (por hoy viernes) en Madrid, salvo que me digan que estoy destituido».Y dejó tiempo para la ironía: «Si estoy despedido, tendrán que pagarme un billete y no dejarme aquí tirado».
Las palabras del técnico de Hortaleza tras el partido parecían ser el preludio de lo que realmente fue: «Ante el Burgos será el último partido de Pepe Mel al frente del Tenerife». Palabras de Rayco García, consejero del club chicharrero, que comparecía en el Heliodoro como la nueva cabeza visible del Tenerife, junto al presidente Paulino Rivero para explicar la situación en la que quedará el club.
«Me gustaría hablar con Pepe en persona, ya que me gustaría ser la persona que le comunique el por qué de esta decisión», aseguró Rayco García, quien apostilló: «Necesitamos un cambio, un revulsivo cuando las cosas no funcionan«, antes de concluir: «Las cosas no están saliendo. Estamos colistas y el bagaje invita al cambio«.
Mientras que Rayco García indicó que Mel continuará hasta el domingo, mientras que Rivero ha puesto fecha de caducidad a su mandato y anunció que “antes del 30 de marzo dejaré de ser presidente. Desde que conocí las condiciones del sindicado (el acuerdo por el que José Miguel Garrido tomó el control del Tenerife) supe que eran dificilísimas de gestionar porque no se puede ser, a la vez, máximo accionista, entrenador, director deportivo y masajista. Era un modelo condenado al fracaso”.