Gracias, Rafa… gracias, Málaga

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Málaga, la capital de la Costa del Sol, como vengo diciendo desde hace décadas cada vez que realizó una intervención para la cadena de emisoras de Radio MARCA para toda España, se ha convertido por derecho propio en una ciudad admirada y, como tal, envidiada a la vez. El trabajo de miles de malagueños y el esfuerzo de sus instituciones han convertido a la provincia malagueña en el referente nacional e internacional más relevante de las últimas dos décadas en nuestro país.En el largo tiempo pero corto a la vez en términos históricos de tres décadas la transformación de Málaga y su provincia no encuentran parangón en ninguna otra parte del mundo.

Como puede leerse en el escudo de la ciudad: “la primera en el peligro de la libertad, la muy noble, muy leal, muy hospitalaria, muy benéfica y siempre denodada, ciudad de Málaga”. La solidaridad de los malagueños y malagueñas ha vuelto a quedar demostrada recientemente con el pueblo valenciano tras la terrible DANA y sus consecuencias catastróficas que han tenido que vivir y que aún les asolan. Por todo, ello hoy quiero romper una lanza en favor del pueblo malagueño y sus instituciones partiendo de la base del agradecimiento y la consideración que se merece el mejor deportista de la historia de España.

¡Gracias!, Rafa, tal y como exponía la lona gigante en el estadio de atletismo justo enfrente del Palacio de los Deportes José María Martín Carpena, cuyo mérito corresponde a dos buenos amigos que no mencionaré porque ni ellos quieren, ni procede que yo lo haga. Toda Málaga te agradecerá siempre que eligieras la Copa Davis que se ha disputado en la capital de la Costa del Sol para tu despedida del tenis profesional. La repercusión internacional del anuncio de tu adiós en nuestra ciudad, provocó de inmediato que todas las miradas del mundo del deporte, la cultura, la política y el arte, porque tu forma de jugar al tenis ha sido de un arte indiscutible, se giraran a esta joya malagueña que recibió de esa forma un espaldarazo definitivo a tantos años de trabajo y esfuerzo por parte de muchas personas. ¡Gracias!, ¡gracias!, y millones de veces ¡GRACIAS!, RAFA.

La Copa Davis en sí misma, cuya fase final ha ganado Italia de forma brillante como ya ocurriese el año pasado en el mismo escenario, recuperó ese sabor añejo de antaño que parece haber perdido desde el invento de Gerard Pique. La Copa Davis de Málaga dejó de ser la habitual para convertirse en la Davis de Rafa Nadal. Los malagueños se volcaron dentro y fuera del Palacio Martín Carpena para apoyar al equipo español y Don Rafael. Lo que ocurrió el martes por la noche fue harina de otro costal y no se lo esperaba nadie, la derrota de España frente a Países Bajos no estaba en el guión ni en el programa de mano de la afición.

Así que no hubo otra que improvisar un poco y hacerle al “maestro”, al tenista más grande de todos los tiempos sobre tierra batida, el mejor reconocimiento posible pero sin la presencia de grandes deportistas y amigos del manacorí. A pesar de lo tarde que era cuando se inició el pequeño gran reconocimiento  a Nadal las gradas estaban a reventar y nadie se marchó hasta que concluyó. Gran mérito de los organizadores institucionales porque la ITF, la Federación Internacional de Tenis no hizo otra cosa que obstaculizar el trabajo de todos con no se sabe qué excusa narcisista de la competición.

El entorno de Rafa Nadal, que no el tenista, no quiso  enturbiar el ambiente en la Selección Española y en consecuencia aislaron lo más posible cualquier cuestión personal o colectiva que se pudiese realizar. Carlos Moyá, que ahora va quejándose por las televisiones, fue el primero que no estuvo a la altura estos días. Toni Nadal ni siquiera estaba en Málaga, pero bien que va criticando el acto en sí mismo, incluso en reportajes televisivos que no vienen a cuento.

En el reportaje televisivo de Informe Semanal 24 horas de TVE sobre la despedida de Rafa Nadal, quedan claras algunas de las cuestiones que han ocurrido estos días. Las instituciones, y no soy yo persona que regale el oído, han estado a la altura de las circunstancias y en lo que ha dependido de sus responsables no existe materia posible de crítica alguna. Cierto es que a todos nos hubiese agradado un homenaje más extenso y con más protagonistas elogiando al “maestro” Nadal, pero no lo es menos que el martes por la noche y al filo de la una de la madrugada era imposible.

Hay un sector de la prensa y de periodistas con “pelusilla” de Madrid, Barcelona y Mallorca que les hubiese agradado que la despedida en el último partido disputado por el “maestro” de carácter oficial se hubiese celebrado en sus ciudades. Debido a ello no dejan de escribir sandeces sobre la despedida de Rafa Nadal y lo “cutre”, que para ellos fue la que se vivió la noche del martes. Por supuesto saben que están mintiendo pero como se suele decir: “que la verdad no te fastidie nunca una buena noticia”.

¡GRACIAS!, MÁLAGA y a todos los que nos han visitado estos días con motivo de la Copa Davis, habéis sido un ejemplo de comportamiento deportivo, organización y saber estar en todo momento. Por haber hecho honor una vez más  al lema de la leyenda de tu escudo, sobre todo en aquello de la “muy noble y hospitalaria ciudad de Málaga”.

Y ¡GRACIAS!, RAFA, de corazón y con el alma de este malagueño adoptivo, ya lo dijo el extraordinario poeta universal Manuel Alcántara: “malagueño es hasta el que nace en Málaga”, por elegir la mejor tierra andaluza para decirnos “aquí sigo eh!”. Las noches sin dormir para verte ganar torneos imposibles han merecido mucho la pena al igual que las eternas sobremesas para ver como levantabas uno tras otro torneos de  Roland Garros hasta sumar catorce.

El mejor deportista de la historia de España nos ha dicho a todos un ¡adiós!, que suena a un ¡hasta siempre!, en clave malagueña y eso ya no lo va a poder cambiar nadie.

¡GRACIAS!, RAFA.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.

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