@CesarRadioMARCA | Sin gol no se gana. Y el Málaga hizo sufrir a los suyos porque creó todo lo que hay que crear para marcar, pero no tuvo puntería. Bien es cierto que si el colegiado no hubiera anulado un nuevo gol a Juanmi -está gafado con los árbitros el de Coín-, estaríamos hablando de un nuevo triunfo del Málaga. Pero una vez el larguero a remate de Luis Alberto, varias veces más el meta del Levante, y algunos errores propios como un remate demasiado cruzado de Amrabat, impidieron que los de Gracia se fueran con los tres puntos.
Para más desesperación, en el último suspiro, en el último segundo, Samu Castillejo la tuvo para empujarla, solito en el segundo palo, pero vio la gloria tan cerca que mandó el balón a las nubes. Seguro que con el nivel que mostró en su debut en La Rosaleda en Primera tendrá más oportunidades para marcar y resarcirse.
Igual que el Málaga no repetirá partidos con tantas ocasiones y saques de esquina, hasta quince, en los que no marque al menos un gol. Al menos le queda el consuelo de jugar bien, muy bien, volviendo a demostrar que este equipo sabe lo que se hace y que dispone de múltiples opciones en todas las líneas para derribar muros incluso más altos que el planteado por Mendilíbar y sus huestes levantinas.
Lo enseñó en la primera parte, con los laterales incorporados continuamente al ataque, con un centro del campo donde Recio hizo olvidar a Darder, y donde Camacho volvió a ejercer maestro de ceremonias. Kameni, por cierto, vivió de lujo tomando el sol.
Y también lo mostró en la segunda, volcado en primera instancia en la banda diestra, con un Rosales imperial, y más tarde por el centro desde la entrada de un voluntarioso pero poco acertado Amrabat. Así fueron pasando los minutos y las ocasiones de los blanquiazules, mas no hubo forma de perforar la meta contraria. Y ya van unos cuantos minutos. Urge encontrar pólvora en los próximos días para tener más garantías el próximo sábado ante el Espanyol.
