Después de la tempestad llega la calma… o no. La tormenta que desató el presidente y propietario del Málaga, Abdullah Bin Nasser Al Thani con un nuevo ultimátum a las autoridades políticas del Ayuntamiento de la capital y de la Junta de Andalucía, tiene una trayectoria indefinida.
Que se avive o que amaine depende de si el alcalde de Málaga y los responsables del Gobierno andaluz tienen a bien dar el visto bueno definitivo a la construcción de la Ciudad Deportiva blanquiazul en Arraijanal. En caso contrario, y si cumple con la amenaza lanzada el sábado, el Sheikh cogerá sus bártulos y los trasladará a otro lugar, indefinido también hasta el momento.
Para darle más emoción al asunto, Al Thani, según ha confirmado en su twitter, regresa mañana a la Costa del Sol. Aquí lleva alguno de sus hijos unas semanas y ahora se une el padre para ver si puede encauzar las cosas con los políticos o continúan apareciendo trabas.
De momento, el alcalde dice "no tener constancia de su llegada, nadie del club me ha comunicado nada. En cualquier caso, si hay que reunirse, pues haremos hueco en la agenda para ello". De plazo hay un mes… veremos.
